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viernes, 6 de marzo de 2020

Homenaje y justicia para el maestro Vicente Hondarza


Homenaje y justicia para el maestro Vicente Hondarza

Escrito por Espinoza Marco
Por más de una vez escuche su nombre, fue a inicios de la primavera de 1997, en aquel tiempo forme parte de la Juventud Estudiantil Católica (JEC), que por cierto Vicente Hondarza sería el fundador, es por eso que cada 14 de junio se conmemora en todo el Perú y con mucho orgullo el aniversario de la JEC y de la partida del Padre Vicente Hondarza, quien fue asesinado un martes 14 de junio de 1983 en la comunidad de Lampián, provincia de Huaral.
¿Pero quién fue Vicente Hondarza Gómez?, nacido en 1935, en Fernancaballero, provincia de Ciudad Real de España, el día 15 de octubre. Sus padres fueron campesinos, a tan solo  tres horas de nacido, fallece su madre, al quedar huérfano es atendido por su abuela, al concluir sus estudios primarios, Vicente aprende el oficio de carpintero – ebanista. A los 19 años ingresa al Seminario a cursar estudios sacerdotales, siendo ordenado sacerdote en el año 1955, posterior terminaría la carrera de Filosofía, culminado lo mencionado decide ser un misionero de Dios, fue en el año 1966 que se recibe como diaconado y en 1967 se recibe como sacerdote. Desde 1967 hasta 1973 radica en Colombia, en donde se dedica a apoyar a los campesinos y a organizarlos, formando un colegio cooperativo agrario, diría su hermano Emiliano en una nota:
“Como hijo de campesinos y de campesinos muy pobres, espontáneamente nació en él su inclinación y preocupación por los campesinos y por los pobres, y esto de una manera prioritaria. En la parroquia de Chancay tuvo un amplio campo de acción, ya que la parroquia abarca, además de la ciudad, parte del valle y de la sierra el río Chancay y varios Pueblos Jóvenes, en los que la mayoría son pobres y marginados (…)” (Diócesis ciudad Real, 2017).
Exactamente llega al Perú el 18 de mayo de 1974, para trabajar en la diócesis de Huacho y es nombrado párroco en el distrito de Chancay. Vicente Hondarza camino 13 años, algunas eran largas travesías y otras eran fructíferas, esto siempre a favor del pueblo, apoyando a los profesores, a sus alumnos, a los campesinos y a los niños.
A continuación rescatamos unas palabras encontradas en un blog, el cual dice:
Como otras veces, el día 13 de junio de 1983 subió camino de Lampián para celebrar una festividad y tener reuniones con los campesinos. Esa fue su última subida.
Vicente fue torturado y asesinado entrada la noche, a las afueras del pueblo, sin derecho a defenderse y unas horas después de haber celebrado la Cena del Señor, en una fiesta patronal: San Antonio de Padua, en Lampián.
Después de la celebración de la Eucaristía, se retiró a orar y descansar lejos del bullicio y ruidos de la fiesta, en una humilde habitación, sin ninguna seguridad, con un catre y poco más, al estilo de las viviendas de la serranía, sin la menor sospecha que allí le estaban esperando sus torturadores y asesinos.
Al anochecer del día 14 sería trasladado a la morgue de Chancay, donde se presume fue "rematado" ocasionándole una abertura en la cabeza de unos 15 centímetros aproximadamente.
Vicente no solo ofreció, como sacerdote, el Cuerpo y la Sangre del Señor, sino horas después ofrecía por su pueblo, su propio cuerpo y su propia sangre. (Alvarez, 2011)
El hecho de escuchar y observar de como mencionan algo es muy diferente a leer e investigar sobre tales hechos, y el Caso “Vicente Hondarza” ha quedado marcado en todos los peruanos, especialmente a aquellos que buscamos una justicia social y un bienestar para los más necesitados. A continuación unas palabras oídas y escritas en la Comisión de la Verdad y la Reconciliación:
“Antonio se olvidó decir un detalle importante: Vicente nace el quince de octubre, el mismo día que Antonio; también eran colegas en cumpleaños. Antonio, un poquito más viejo. Un año más. Un año
más Antonio. O sea, tenía entonces cuarenta y siete. Tres horas después de nacer Vicente, murió la mamá de Vicente. O sea, para que él tuviera vida, la mamá tuvo que morir… la vida física. Yo hoy
diría: «Vicente murió físicamente y a partir de su muerte sigue siendo su vida en Chancay mucho más presente». Tuvo que morir Vicente para que la parroquia de Chancay viva más fuertemente la presencia. Prueba de ello es que el día catorce celebramos el diecinueve aniversario y, casi como el
primer día, la iglesia se sigue llenando. Se sigue llevando la memoria histórica de Vicente en el
pueblo de Chancay”.
Estaba surgiendo el terrorismo en aquellos años, y lo acusaban, pero Vicente no tenía miedo. Dice: « ¡A mí qué me van hacer nada! Además hay mucho que hacer. Yo no quiero morir». (Palabras del reverendo Padre Carlos Pinedo Olmedilla, ante la Comisión de la Verdad y Reconciliación, 2002)
La JEC por intermedio del párroco y gran amigo Ángel Saboya, fue una de las instituciones que siempre ha recordado el trabajo de Vicente, pero también el amigo Javier Ocaña y sobre todo los pobladores de Chancay, lugar donde permaneció como párroco y profesor de Religión. Sin lugar a duda que todos ellos reclaman justicia, al igual que ayer son los pueblos lejanos los que sufren la cólera del hombre, olvidados por completo, no hay colegios que puedan articular las necesidades de los pobladores con el campo, las necesidades humanas necesitan postas medicas equipadas para poder salvar una vida o para poder evitarlas, comisarias abandonadas y sin policías, justicia para los que tienen dinero y cárcel para los que no la tienen, tal como lo decía Vicente: "Para que cambie la sociedad tiene que haber buenos maestros, buenos abogados y buenos sacerdotes". Es que lo que ayer nos recordaba Vicente es que debe haber maestros y no profesores, hoy egresan cada año nuevos profesores sin una visión social de lo que sucede en los rincones más alejados de la ciudad o del Perú, maestros no los hay pues en nada se incentiva la investigación, siguen siendo algunos profesores copia y pega de nuestra realidad social.
Sin lugar a duda que Vicente es ejemplo de lucha, los trabajos realizados en Colombia y Perú lo han demostrado, hoy más que nuca recordemos sus obras y sus palabras, y conjuntamente con el grito de justicia. 37 años y no hay justicia, fueron los grandes empresarios los que acabaron con su vida, fiel a su estilo de no perder más tierras, Vicente sabía nuestra realidad y aun así siguió luchando, tal como lo describe el siguiente texto:
Y aquí vuelvo a escribir lo que decía antes. Una semana, dos semanas antes, decía
Vicente: «En las circunstancias actuales que vivimos, una iglesia que no sea acusada, perseguida, que no tenga mártires, hay que dudar de su autenticidad. Pues la calumnia y la persecución son
notas propias de la iglesia que fundó Cristo». Vicente, me contestó, hasta ahora me siguen resonando en mis oídos las palabras y el timbre de voz de Vicente: « ¡Claro,  claro, estoy totalmente
de acuerdo contigo!».
Referencias

Diócesis ciudad real (2017). Vicente Hondarza, misionero de los pobres. Recuperado de https://diocesisciudadreal.es/noticias/433/vicente-hondarza-misionero-de-los-pobres.html
Alvarez, J. (19 de julio de 2011). Muerte del Padre Vicente Hondarza Gómez. Recuperado de http://muertedeelpadrevicentehondarzagomez.blogspot.com/2011/06/muerte-del-martir-vicente-hondarza.html
LUM (s.f.). Centro de Documentación e Investigación. Recuperado de https://lum.cultura.pe/cdi/video/hondarza-vicente
También puedes leer los siguientes link:
[Fotografía del Diario La República]. (Lima. 1983). Archivo fotográfico de la Revista La Chispa y de la Hemeroteca de la Biblioteca Nacional del Perú. Lima, Perú.