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viernes, 20 de julio de 2018

LA INDIGNACIÓN DE NO ENCONTRAR JUSTICIA


LA INDIGNACIÓN DE NO ENCONTRAR JUSTICIA.
Escribe Marco EspinozaS.
REVISTA LA CHISPA
Los hechos sucedidos en los últimos días, han dado mucho que hablar en gran parte de la población peruana, sin embargo, para algunos estudiosos del tema, lo sucedido estaba dentro de lo normal, ¿pero que se sabía?, pues que los poderes del Estado estaban corrompidos, que no había justicia para los más vulnerables, mientras para los que contaban con “los verdecitos”, ellos si podían tener una mano milagrosa. Lo curioso de todo esto es que los audios difundidos por Radio IDL, han salido a la luz a penas culminaba el Mundial de Rusia 2018.
El día de ayer (jueves 19 de julio), diversas organizaciones han salido a protestar por las calles de todo el Perú, en el caso de Ayacucho al promediar las 17 horas, diversas mamitas agrupadas en la Asociación Nacional de Familiares de Secuestrados, Detenidos y Desaparecidos del Perú (ANFASEP), han realizado un lavado de bandera, como protesta a la corrupción que sacude a gran parte de nuestras autoridades, esto se realizó en la Plaza de Armas de la ciudad de Huamanga, capital de Ayacucho. “La Anfasep es una organización fundada por Angélica Mendoza de Ascarza, en su tarea de buscar a su hijo desaparecido en la época de violencia política. En esta búsqueda, se unió a otras mujeres que también buscaban a sus familiares: esposos o hijos”. (La República, 2018)
En este evento de la indignación se pudo escuchar, el clamor y el coraje de una mamita que estuvo lavando la bandera peruana, lo siguiente: “hemos buscado a nuestros familiares hace 35 años, entonces nosotros no encontramos justicia…”
Mientras el Perú se desangra, hay miles de personas que buscan ser escuchados y que llevan en lo más profundo de su corazón aquella palabra que no han encontrado en 35 años de lucha: “JUSTICIA”, ha caído la noche, las nubes grises han cubierto a un cielo azul, uno mira el cielo y observa nubes negras en señal de que caerá un aguacero, millones de peruanos indignados esperan un amanecer de un sol radiante y de nubes blancas que deán vida a un mundo ético y moral.
Fuente
Redacción LR (2018, 19 de julio). Ayacucho: madres de Anfasep marcharon contra la corrupción. La República. Recuperado de https://larepublica.pe/sociedad/1282079-ayacucho-marcha-corrupcion-fotos
[Fotografía de Toño E.]. (Ayacucho. 2018). Archivo fotográfico de la Revista La Chispa. Lima, Perú.

sábado, 14 de julio de 2018

"PEROCHENA": Primero, fui pájaro frutero


Escribo aquí y transcribo otro artículo del Maestro Carlos Castillo Ríos, esta vez nos remontamos al mes de abril del año 1982, el Dr. Castillo nos deja otro mensaje, esta vez lo ejemplifica en el caso “Perochena”, un ser humano que decidió dedicarse a la delincuencia no por un juego sino por una necesidad, la de no morir por hambre ni la de vivir en la miseria. En los años 80 aparecieron varios delincuentes como: Juan Vicharra, D’Jango, entre otros, todos en gran parte lo hacían por no morir de hambre, estos personajes de la calle, también pasaron la etapa de la niñez, aquella que está olvidada por nuestras autoridades, ellos crecieron aun siendo niños, tuvieron que ser pájaros fruteros para poder llevar algo a sus hogares. Hoy en pleno siglo XXI y a puertas entre comillas de cumplir 200 años de República, pareciera que nada ha cambiado, tenemos aún familias que no cuentan con los servicios básicos, como lo es: el agua, la luz y el desagüe, tenemos aún miles de niños que mueren producto del frío, del hambre y la miseria, tenemos aún miles de padres que no cuentan con un trabajo digno que pudiera permitirles darle una mejor vida a sus hijos. Vivimos en un país injusto, donde el rico se alimenta del que menos tiene, donde el pobre se hace más pobre cada segundo y todo esto en un pueblo que duerme ciegamente sin poder abrir sus ojos y ver la realidad, aquella que está llena de corrupción y de valores anti éticos y anti morales.
La república de los niños
Primero, fui pájaro frutero…
Escribe Carlos Castillo Ríos
Reeditado por Marco EspinozaS.
            Ni en el Instituto de Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente que tiene la ONU en Tokio ni en los mejores momentos de la cátedra de Criminología de la universidad de La Sorbona, en París, se escuchó algo tan rotundamente claro y cierto sobre la trayectoria del menor en situación irregular hacia la delincuencia adulta. El criterio de la verdad, dicen los filósofos, sólo se comprueba en la práctica. Y Federico Perochena López, más conocido por “el loco Perochena”, dijo desde el fondo de sus 32 años de experiencia:
Primero fui pájaro frutero, luego escapero. Más tarde monrero para terminar de asaltante de residencias. En el fondo de mi existencia estuvo siempre la necesidad, la fruta que se ofrece al alcance de la mano cuando tú no has comido nada durante todo el día. Siempre he querido trabajar honestamente, ganarme el pan con el sudor de la frente. He sido lustrabotas, he lavado carros. Pero esos trabajaos no van con un hombre que piensa casarse y tener familia. Soy un delincuente por necesidad, no por vicio.
            Resulta entonces, señor Ministro de Justicia, Presidente del Consejo Nacional de Menores, que el problema de la delincuencia no se soluciona otorgando licencia para matar a los propietarios de grandes residencias. Tampoco construyendo prisiones, multiplicando carros patrulleros ni armando más y mejor a la policía. Es indudable que el hambre, la miseria y la falta de trabajo en términos generales y dejando a los niños y adolescentes librados a su suerte, como se hace cotidiana e impunemente en el Perú, siembran, más pronto que tarde, enfermedad y delincuencia. Si esto es así, la única forma de disminuir la ola delictiva es propiciando una política social que elimine las injusticias que hacen más rico a los ricos y más pobres a los pobres en términos globales y, en materia de menores, iniciando una cruzada nacional a favor de los niños, adolescentes y jóvenes que están abandonados, en peligro moral o aprendiendo a sobrevivir en base a conducta antisocial.
            A esta altura no podemos dejar de reflexionar frente al testimonio de quienes sufren ahora las consecuencias de la imprevisión estatal y la indiferencia de los gobernantes: HAY QUE MEJORAR EL NIVEL DE EXISTENCIA DE LOS NIÑOS. No es la opinión de un Friedman que nace en un mundo opulento, sino de un Perochena que surge del hampa. No de un académico que vive entre libros y computadoras, sino de un peruano que fue un niño con hambre y que, para sobrevivir, solo encontró, sólo le dejamos los adultos, el camino del delito.
            No le demos, pues, la espalda a la historia. Los seres humanos, desde su infancia, tienen que luchar por su existencia si ella no está garantizada. Es una ley natural. De manera que siembran subversión y promueven el delito quienes por defender intereses creados, condenan a niños, adolescentes y jóvenes a la miseria más cruel.
Referencias
Castillo Ríos, C. (12 de abril de 1982). Primero, fui pájaro frutero. Diario La República, p. 11
[Fotografía de Miguel Aste]. (Lima, 1982). Diario La República. Lima, Perú.