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domingo, 19 de mayo de 2019

Por qué enseñar en San Marcos


Quiero compartir con ustedes otro artículo del maestro, abogado y periodista Carlos Castillo Ríos. Se trata de la revista La Casona, en el cual tocarían tres preguntas concisas, respecto a lo que significaba ser profesor en aquellos años en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, el cual dice:
Razones de una vocación en cuestión
¿Por qué enseñar en San Marcos?
A diferencia de los estudiantes, que sólo pasan por la universidad, los docentes, que son quienes se quedan o se van, hartos de su estado de cosas, son los que pueden permitirnos esbozar una imagen exacta de la universidad con el conjunto de sus opiniones. En la búsqueda de esta imagen efectuamos algunas preguntas a nuestros profesores actuales, preguntas aparentemente simples, pero que dan a que expresen sus furias y sus penas, sus esperanzas y decepciones. Estas fueron tres: 1°. ¿Por qué enseña en San Marcos?, 2°. ¿Seguirá enseñando?; y 3°. De manera sintética, ¿qué sugiere para mejorar el nivel académico de los estudiantes? Leyendo sus respuestas, comprobaremos, tal vez sin sorpresa, que a San Marcos se le puede amar u odiar pero nunca serle indiferente.
Carlos Castillo Ríos
Doctor en Educación y Abogado
1.    ¿Por qué enseña en San Marcos?
Dedicarse exclusivamente a la docencia supone, en el Perú, un gran sacrificio, especialmente económico. Un profesor principal en las postrimerías de su carrera docente lleva a su hogar menos dinero que un sub teniente de la PIP, la Guardia Civil o el Ejército que recién comienza su carrera. Sin embargo, hay quienes nos dedicamos sólo a enseñar. Esta decisión supone pues algo más que vocación: el convencimiento que en el país hay que trabajar, con algún desprendimiento. Por algo que uno cree. En este caso se trata de un acto de fe comprometido con la formación de los profesionales que el pueblo del Perú requiere.
Desde este punto de vista no tendría objeto formar cuadros en las universidades de la burguesía: Universidad de Lima, Universidad del Pacifico, etc. Para resumir: enseño en San Marcos porque considero que es la universidad del pueblo peruano. Enseño en San Marcos porque nuestro centro debe ser la conciencia lúcida del país, el taller de análisis de los problemas que aquejan a la mayoría, el lugar de protesta por las injusticias que, desde arriba, empobrecen a los de abajo. Por eso me siento muy orgulloso cuando los mineros pauperizados hacen una marcha a Lima y se alojan en San Marcos. O cuando los muchachos salen a las calles a luchar que bajen los pasajes y no suba más el alto costo de vida.
2.    ¿Seguirá enseñando?
Pretendo seguir hasta cumplir 30 años de servicios. Luego quisiera, tener un año, mi año sabático, para recorrer el país haciendo estudios, o para salir al exterior y ver el Perú un poco desde afuera. Debo ser el profesor que más sale al exterior por encargo de organismos internacionales, pero lo hago por trabajar y muy intensamente. Hace, sin embargo, más de dos décadas que no salgo a estudiar, a reflexionar, a comparar. Después, de nuevo a San Marcos hasta llegar al límite de edad.
Introduciendo, a las clases teóricas, dos elementos básicos que están faltando actividades y practicas social. No se trata de sentarse y escuchar la voz del profesor, exclusivamente. Hay que realizar trabajos, hay que salir de la universidad para investigar y convivir con la población, la fábrica, la institución comunal.
No hay enseñanza sin práctica. Somos todavía demasiado teorizantes. Los mejores alumnos apenas si son ratones de biblioteca. Nos faltan actividades, prácticas, vinculación con la realidad. Todo esto no es fácil de realizar sin recursos. Pero hay que intentarlo. Dando la espalda a la realidad nacional, aunque se estudie materialismo dialectico o materialismo histórico, nuestra educación seguirá siendo burguesa.
Y ésta es, por ahora, nuestra más aguda contradicción. (Castillo, 1985, pp. 17-18)
Referencia
La Casona. (Junio y julio de 1985). ¿Por qué enseñar en San marcos? Volumen (3), pp. 17-18


lunes, 6 de mayo de 2019

Castillo Ríos demanda enérgica acción


Presentamos un artículo del Diario la Republica, en el cual se aborda el tema sobre los niños explotados en las minerías ilegales, hoy han transcurrido 35 años y la misma historia se repite, niños que trabajan en los lavaderos de oro, exponiendo su integridad física y su desarrollo social truncado, nuestras autoridades brillan por su ausencia. Hoy en día los derechos laborales son pisoteados por los grandes empresarios (CONFIEP), ya casi no hay sindicatos que velen por los necesidades de los obreros, tenemos en el Perú un gobierno que ha menguado las leyes laborales, tenemos un gobierno que hace y deshace esos derechos ganados aquel primero de mayo. Nuestros niños hoy en el Perú están abandonados, ejemplos tenemos, los Asentamientos Humanos de los distritos de Comas, San Juan de Lurigancho, El Agustino, etc., y también las partes más olvidadas del Perú, como: Cajamarca, Andahuaylas, Apurímac, Ayacucho, Puno, entre otros. Hoy podemos darnos cuenta que los niños sufren la cólera del hombre. Sobre lo manifestado, nos dice un gran especialista, educador y ex consultor de la UNESCO, me refiero al padre de la educación inicial, Carlos Castillo Ríos:
Castillo Ríos demanda enérgica acción
“Consejo de Menores debe intervenir de inmediato”
            El caso de los niños que son explotados como esclavos en los lavaderos de oro del departamento de Madre de Dios, revela que en el Perú no se cumple con los dispositivos del Código de Menores y que son los jueces los responsables directos de ese incumplimiento, declaró ayer el consultor de la UNICEF para América Central, Dr. Carlos Castillo Ríos. Así mismo la diputada Antonieta Zevallos de Prialé, vicepresidenta de la Comisión de Promoción Social y Familiar, dijo que el “enganche” de niños y su explotación como lavadores de oro, son hechos muy dolorosos que dan la impresión que vivimos en un país incivilizado, donde se ha descuidado el privilegio que debe tener la niñez dentro de la sociedad. La diputada, quien también tiene a su cargo la fundación “Víctor Raúl Haya de la Torre”, dedicada a la protección del menor y la familia, dijo que los problemas contra los menores, como el de Madre de Dios, también se presentan, debido a que no hay una legislación ordenada. “Hay varias instituciones que deberán trabajar por el menor, cuya labor se desconoce, y hay algunas que deberían actuar en el mismo lugar. Ahora se ignora lo que pueda estar pasando en el resto del país.
            Lo que el caso de los niños esclavos revela es que no basta con anunciar y tener programas en favor de la niñez, porque los niños, en todos los tiempos, necesitan ser protegidos con diligencia”, dijo la parlamentaria. Castillo Ríos añadió por su parte que la explotación y abandono de los niños es consecuencia del desgobierno que vivimos y de la crisis económica, política y social que afecta a los sectores más empobrecidos de la nación.
La noticia sobre los niños esclavos en pleno año 1984, fue revelada ayer por nuestro diario, mediante una información proveniente del Cusco, donde el Consejo Provincial denunció el tráfico con niños que son “enganchados” en esta ciudad para su traslado a los lavaderos de oro de Madre de Dios. Allí quedan librados a su suerte o en última instancia a la voluntad de quienes los explotan en el trabajo minero.
El Consejo de Menores, que preside el ministro de Justicia –agregó el doctor Castillo Ríos- ya ha debido poner el grito en el cielo y enviar a otros ministros a Madre de Dios, para que investiguen este caso. “Pero, lamentablemente –prosiguió- la existencia de ese Consejo es elementalmente teórica. Mejor sería que no existiera porque no hace nada, absolutamente nada, no obstante que está integrado por los ministros de Educación, Salud, Trabajo y un delegado de la Corte Suprema.
“Es un señor Consejo, pero no hace nada y no se preocupa por los niños, quienes son el termómetro más fiel de la situación social y política de un país. Si no hay respeto para ellos, quiero decir que no hay democracia ni estado de derecho”, expresó Castillo. Subrayó que de acuerdo al Código de Menores, los que todavía no han cumplido los 18 años de edad, no deben realizar trabajos asalariados. Señaló que hay excepciones como en los trabajos domésticos, para ayudar a sus padres, y en trabajos suaves, con permiso del juez de menores.
Remarcó que ese Código no se cumple y los jueces son los directos responsables de esta falta de cumplimiento, porque a ellos le corresponde denunciar y sancionar a los autores inescrupulosos que trafican con los niños, a los que reinan en las grandes mayorías dominadas, porque a más crisis y a más desgobierno, florece la mayor explotación del sector más débil de la población, que son los niños, dijo el experto. “Y lo curiosos es que frente a este tráfico de niños, frente al caso niños desaparecidos, el gobierno sigue hablando de democracia y estado de derecho, de derechos del niño, de derechos del hombre. Lo concreto es que vivimos en un país ajeno, donde las leyes se cumplen cuando benefician a los grandes, pero no funcionan cuando se trata de los desposeídos”, puntualizó el doctor Castillo, quien es también Regidor de Lima.
Agregó que ya se ha cumplido 25 años de la ley universal de los derechos del niño, firmada en Ginebra, y ratificada por el Perú, “pero su existencia es teórica y no real”, afirmó. (La República, 1984, p. 10)
Referencia
Castillo Ríos demanda enérgica acción: “Consejo de Menores debe intervenir de inmediato”. (3 de setiembre de 1984). La República, p. 15.
[Fotografía de Marco Espinoza]. (Lima. 2019). Archivo fotográfico de la Hemeroteca de la Biblioteca Nacional del Perú, Lima, Perú.