Este escrito se editó en el diario La República,
aproximadamente hace 38 años, fue el maestro y periodista Carlos Castillo Ríos,
quien se refería a la alta taza de mortalidad infantil que crece cada día, pese
a los años, este articulo mantiene su vigencia. Hoy en tiempo de crisis
sanitaria se puede ver la realidad de nuestro país, desigualdad social pese a
que los empresarios se llevan todo el dinero al extranjero, hay anemia total en
la mayoría de niños, hay una mala alimentación pese a estar amparado por los
Derechos del niño, etc., al respecto Castillo nos dice:
Mortalidad infantil y democracia
Escribe Carlos Castillo Ríos
Recopilado por Marco Espinoza
El fondo de las Naciones Unidas para
la Infancia (UNICEF) ha tenido la feliz ocurrencia de publicar “Los niños en cifras” para informarnos,
en 1982, las diferencias que existen entre los países ricos y los pobres y para
ubicarnos, nosotros mismos, en el contexto mundial.
El ejercicio es importante aunque,
para los peruanos, muy desalentador. No hay pues lugar, entre nosotros, para
las frases bonitas ni las almibaradas promesas a las que nos tienen
acostumbrados los políticos. Vamos muy mal. Involucionamos. Caminamos para atrás,
sin remedio a la vista. Veamos:
Nuestro Producto
Nacional Bruto, per cápita, en dólares norteamericanos, es inferior a Brasil,
Colombia, Ecuador, Paraguay, Surinam, Venezuela, Argentina, Chile y Uruguay
para mencionar sólo a los países de América del Sur. Nosotros tenemos 930 y
nuestros vecinos más próximos. Chile (2,160) y Ecuador (1,920). En PNB, en relación
a los países africanos, es inferior a Argelia, Libia, Túnez, Costa de Marfil,
Nigeria, Mauricio, Gabón, Namibia y, naturalmente, Sudáfrica.
Con relación
asiáticos andamos muy por debajo de por lo menos 18 países. No vale la pena,
naturalmente, mencionar a Europa o América del Norte.
Pero este indicador, aisladamente, no
significa mucho. Vamos a referirnos a otros: en términos relativos, tenemos más
analfabetos que muchísimos países. Nuestra población mal alimentada llega al
23%. Cada niño peruano tiene menos esperanzas de vida al nacer que todos los
niños de los países de América del Sur, con la excepción de Bolivia. Y así en
mortalidad infantil y juvenil.
A estas alturas compararnos con los países
industrializados y socialistas resulta, realmente, una grosería. Probémoslo: de
cada mil niños que nacen vivos en el Perú, 88 mueren antes de cumplir un año. En
Cuba la cifra se reduce a 19, en Estados Unidos a 11 y en Alemania federal a
12. La diferencia, como se podrá ver, es inmensa. Y eso que nuestros 88 niños que
mueren constituyen una cifra mentirosa, pues oculta a los niños que no son
registrados en ninguna estadística en los pueblos olvidados de la sierra y las
alejadas regiones montañosas del país. Fenómeno éste que no se produce, en
Cuba, Estados Unidos o Alemania Federal.
Muy mal andamos, pues, a pesar de la
propaganda oficial. Nuestros niños se alimentan por debajo de los requisitos mínimos
que necesitan para vivir normalmente. Son por eso, delgados y crecen poco. Mueren
antes de tiempo.
Resulta entonces que de los 17
millones de niños que murieron en 1981, en el mundo, una buena cantidad fueron
peruanos. Ellos nacieron vivos y sanos. La democracia, nuestra democracia
formal, no les proporcionó sin embargo, los alimentos, el calor y el bienestar
al que tenían derecho. Murieron nomás, por causas económicas y sociales. Y nosotros
seguimos viviendo como si aquí, nada hubiera pasado. Algunos tienen humor,
inclusive, hasta para organizar un reinado mundial de belleza. (Castillo, 1982,
p. 11).
Referencia.
Castillo Ríos, C. (7 de julio de 1982). Mortalidad infantil
y democracia. La Republica, p. 11.
[Fotografía de Marco Espinoza]. (Lima.
2020). Archivo fotográfico de la Revista La Chispa, imágenes extraídas de las
redes sociales de Elizabeth Aire y de los archivos periodísticos del Diario La República
en la Hemeroteca de la Biblioteca Nacional del Perú. Lima, Perú.
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