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miércoles, 11 de noviembre de 2020

Sueños y Franquezas de Carlos Castillo R.

 

Sueños y Franquezas

Escribe Carlos Castillo

Reeditado por Marco EspinozaS


 

I.              MEJOR A DESTAJO

Muy poco hicieron los parlamentarios que no sea cobrar a manos llenas por leyes que no redactaron y fiscalizaciones que dejaron de hacer. La tuvieron muy fácil, es cierto, y por eso volverán a sus hogares con más pena y vergüenza que gloria.

Habría, pienso, que modificar la Constitución y en lo futuro pagarles a destajo: bueno millones de intis y el reconocimiento público para quienes proponen y hacen significativos aportes a leyes que beneficien al pueblo. Y apenas dos sueldos mínimos para quienes sólo vayan a “carpetear”.

Este sistema aplican los ingenieros a los gasfiteros: pago a destajo y contra entrega de obra. Así lo aconseja también, para incrementar la productividad, el liberalismo económico más ortodoxo.

II.            CUESTIÓN DE OPINIONES

A la hora en que los niños duermen, regada la simiente y guardado el rebaño, los campesinos se congregaron frente al televisor para escuchar con atención al doctor “dizque egresado de la Universidad Católica- que desde Lima iba a desarrollar el tema “El Perú actual: diagnóstico y pronostico a la luz de las Ciencias Sociales”.

No hubo asunto ni problema que no fuera tratado, aunque en el más sofisticado lenguaje y en medio de una lluvia de teorías, cifras y citas: la inflación el déficit fiscal, la balanza de pago, la inmortalidad administrativa, la morbi-moralidad infantil, la deuda externa… ¡la fuga de capitales!

Horas después, concluido ¡al fin! El rollo, los trabajadores sin saber qué hacer ni qué decir, adustos y con los ojos cargados de sueño, permanecieron tensos, como petrificados, en sus asientos. Hasta que el maestro de escuela, concluyente, exclamó:

¡O sea estamos hasta el cien de jodidos!

Sólo entonces los agricultores, relajados, se empezaron a despedir para irse a dormir. Preocupados por el futuro del país, es cierto, pero con la íntima satisfacción de coincidir, total y absolutamente, con los sabios conceptos de tan insigne académico.

III.           MASOQUISMO

Dramática situación de los candidatos: tener que publicitarse como si fuesen aparatos electrodomésticos o detergentes siendo, casi todos, seres humanos, sensibles al dolor del prójimo y del país.

Y no es que la ambición constituya delito ni sea censurable aspirar a ser amante de una espléndida mujer, pasajero de una nave interplanetaria, gran pintor, o fogoso e imparable jugador de futbol. Es que estos deseos, por lo menos, están al alcance de los sueños, ya que son sólo resignarnos un poco a hacer el ridículo y cerrar los ojos, podemos, a punta de imaginación, poseer a la mujer deseada; viajar a través de las estrellas; sentirnos un Picasso; o vernos metiendo un gol, de palomita, en un estadio lleno de tope a tope…

Pero, ¿Ingresará a este nivel onírico el anhelo de llegar al Parlamento? ¿Cómo se verán en sus sueños los candidatos? ¿Aclamados y entrevistados por Roxana, acaso? ¿Recibiendo un elevado sueldo, inmunidad y poder, sin sudarla? ¿Asediados por el pueblo y los periodistas, tal vez? Sin embargo, valen tan poco estas ilusiones que creemos, que algo de masoquismo hay en los candidatos: ellos luchan por ser políticos profesionales justo en el momento en que nadie cree en los políticos profesionales. Y, al ser elegidos, se convertirán en hombres públicos sabiendo que, a dichos personajes, como a las mujeres públicas, cualquiera cree tener derecho a meterles la mano. (Castillo, 1990, p. 5.).

Referencia

Castillo Ríos, C. (1 de marzo de 1990). Sueños y franquezas. Cambio, p. 5.

[Fotografía de Marco Espinoza]. (Lima. 2020). Archivo fotográfico de la Revista La Chispa, imágenes extraídas de los archivos periodísticos del Diario Cambio en la Hemeroteca de la Biblioteca Nacional del Perú. Lima, Perú.

 

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