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domingo, 30 de enero de 2022

EN MATERIA DE EDUCACIÓN, EL APRA ESTÁ EN LA CALLE

 


pico a pico con Carlos Castillo Ríos

 “En materia de educación, el Apra está en la calle”

Entrevista de Carlos Angulo y Mario Peláez

Reeditado por Marco EspinozaS.

                Carlos Castillo Ríos, doctor en Educación, periodista y abogado, es seguramente el peruano que más ha trabajado en educación en los últimos años. Profesor principal de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos es considerado el padre de la Educación Inicial

en el Perú. Más tarde ayudaría a UNICEF y UNESCO en tareas educativas en América Central, Brasil y Chile de Salvador Allende. Siempre sobre educación y siempre a favor de la infancia.

            Entre sus libros más importantes están “La educación en China”, “Los niños del Perú” y “Medicina y Capitalismo”. Ahora, en “EL DIARIO”, no elude dar respuesta a problemas candentes de la actualidad sobre los que, muchos de nuestros académicos, guardan silencio cómplice.

            Carlos Angulo (C.A): ¿La educación es en si misma Ideología y Política o son sus implementadores y maestros quienes le dan el sesgo político?

            Carlos Castillo Ríos (CCR): La educación no suele ser jamás neutra. Es decir, lleva siempre un sello indeleble de clase. En otras palabras, la educación forma a los hombres que las clases dominantes necesitan para su continuidad y reproducción. De manera que la educación, en el mundo capitalista, es el instrumento del sistema —el aparato ideológico le llaman algunos— que impone y propaga la política e ideología del capitalismo. En la misma medida que en Cuba, la URSS y otros países de corte socialista, la educación conlleva los principios, formas de pensar y actuar de esos regímenes.

            Pero, claro, la tarea ideologizante recae no sólo sobre los contenidos de la educación sino, principalmente, sobre los maestros. En estos casos, retornando al Perú, hay espacio para el contrabando ideológico. Como también se educa con el ejemplo y la verdad. No son escasos los profesores que van más allá de los planes oficiales de educación y enseñan para la liberación e, inclusive, para la revolución. Pero no se trata de una enseñanza subversiva necesariamente: creo que enseñar a pensar a un alumno; hacer que conozca su realidad, que se preocupe por los problemas que afectan a su familia y a su comunidad, bastan para que sea una enseñanza comprometida con el destino del país.

            Pero eso es, precisamente, lo que no quiere el sistema. Esa es la razón de los controles, las supervisiones y la marcación estricta que se suele hacer al maestro para que no vaya más allá de lo que le ordena y manda el sistema por parte de quienes se oponen al cambio social.

            C.A.: Los ideólogos del sistema sostienen que hay que esperar que la educación cambie a los hombres primero para que luego sean éstos quienes hagan los cambios estructurales que el país requiere. ¿Qué te sugiere esta manera de pensar?

            C.C.R.: Claro. Les conviene pensar así. La verdad es, sin embargo, que la sociedad está en marcha y el educador no debe renunciar a ‘sacarle la vuelta’ al sistema. Es lo único que nos queda: el sistema es injusto, permite la institucionalización de la explotación humana, siembra el hambre y la violencia… ¡lo menos que podamos hacer los educadores es propiciar el cambio social! No queda otro recurso: entre ser fieles al mandato oficial que entraña miseria para millones de personas, más vale la fidelidad hacia ese ideal que aspira un mundo mejor para las mayorías. Es materia de conciencia e, inclusive, de fidelidad con uno mismo. Es decir, de autenticidad.

            C.A.: La educación tiene contenido y sello de clase. Sin embargo; Izquierda Unida en su Plan de Educación sostiene que la política no debe intervenir en la escuela ¿Cuál es tu opinión al respecto?

            C.C.R.: El plan de educación de Izquierda Unida no dice, textualmente, que la política no debe intervenir en la escuela. Impide sí que el maestro haga “política partidaria” en las aulas, pero, al mismo tiempo, patrocina que continúen los centros educativos particulares y religiosos tal como están. Y aquí se contradice gravemente porque los sacerdotes —educadores SI VAN A HACER POLITICA EN LAS AULAS. Lo han hecho siempre.

            El Plan de IU tampoco propone ninguna medida tendiente a controlar el poder ideologizante de los medios de comunicación social —la televisión especialmente— que está en manos privadas. Sostiene —increíble pero cierto— que cuando IU llegué al poder se cambiará la calidad de los programas de TV del canal del Estado, ¡para dar un ejemplo y propiciar de esta manera el cambio cualitativo de las demás televisoras que pertenecen a particulares! Todo esto es absurdo, infantil.

            Pero, sin embargo, es natural que así sea. El Plan de Educación de IU ha sido elaborado por gente de la Universidad Católica que va a misa, se confiesa y luego pretende hacer la revolución a partir de las ánforas. Esa ‘revolución’, sin embargo, no es la misma a la que aspiran sus militantes, izquierdistas explotados y humillados que viven con un salario de hambre. Quiero decir, entonces, que quienes han pensado por todos los obreros, campesinos, mineros, profesores, empleados y amas de casa de IU son intelectuales liberales o practicantes de una social -democracia muy en boga ahora en Europa y que nada tiene que hacer con los marginados y victimas del capitalismo.

            Concluyo: creo que la gran mayoría de las bases de IU no tiene nada en común con el Plan de Educación de ese frente electoral ahora tan mal representado.

            C.A.: ¿Es correcto hablar del sistema educativo peruano?

            C.C.R.: Así como no hay una ‘educación peruana’ creo que tampoco es correcto hablar de un sistema educativo peruano. El que tenemos en casa tiene aún remanentes de la vieja escuela feudal que nos llegó de España, de la intelectual que vino de Francia y la tecnologiazada y neoconductista que nos han venido imponiendo los asesores de los Estados Unidos a través de profesores y psicólogos nacidos en el Perú. En todo caso esa educación es de cualquier lugar menos ‘peruana’.

            Y esa es nuestra tragedia. Puede ser que en Europa y los Estados Unidos el sistema educativo tenga que “transmitir conocimientos”. Satisfechas las necesidades básicas de aquellas poblaciones los niños van con zapatos, desayuno y útiles de enseñanza a aprender a la escuela. Al salir de ella les espera un buen almuerzo en una casa de material noble que les proporciona abrigo y seguridad para vivir como seres humanos. No es esa la situación en el Perú: nuestros niños, en su mayoría, tiene graves problemas de desnutrición y malnutrición. Hay millones de niños cuyos padres no tienen trabajo o están subempleados. Nuestra escuela entonces, tiene —debe tener— otros objetivos que cumplir. Por eso resulta obsceno por no decir otra cosa que se siga enseñando a conjugar verbos o las capitales de Europa a niños con parásitos intestinales y que viven en condiciones infrahumanas.

            Nos dirán que no todo el Perú es así: que también hay niños sin problemas económicos de importancia. Y es verdad. Somos un país muy complejo, muy heterogéneo y variado. Dividido en clases antagónicas. Por eso es que resulta absurdo que un Plan de Educación para el Perú sea elaborado sólo en Lima y unilateralmente por parte de intelectuales. Ellos, en el mejor de los casos, interpretarían las necesidades educativas de los niños urbanos y de las clases medias. Pero, ¿y los niños del mundo andino? ¿y los de la hoya amazónica? Sólo en Lima hay diferencias insalvables. ¿Puede una misma educación servir al niño de Chacarilla del Estanque y al de Comas o Villa María del Triunfo?

            La respuesta a estas preguntas terminan convenciéndonos que la Educación en el Perú debe ser nacional y popular a partir del triunfo revolucionario de la clase obrera, debe nacer de abajo hacia arriba: de las comunidades y con la participación de los profesores, los lideres de la comunidad e inclusive los alumnos.

Foto: Marco Espinoza (el diario, 1987)

 

            C.A.: ¿Cuánto se avanzó en materia de educación después de Mariátegui, luego de la polémica de Deústua y Villarán?

            C.C.R.: Con Mariátegui se comienza a vislumbrar lo que es el Perú y las alternativas a sus problemas. También en Educación. Nadie como él para hacernos ver con claridad la relación que hay entre educación y sociedad; educación y política; y educación y economía.

            Pero Mariátegui fue también un pedagogo nato: precisamente para hacernos entender los nuevos conceptos marxistas sobre educación hizo valiosos comentarios a la polémica Deústua y Villarán. El primero es el hispanófilo recalcitrante que propone la perennización de la escuela feudal. Y Villarán el deslumbrado propagador de la educación liberal que patrocinó el capitalismo de principios de siglo. Desde entonces muy poco ha variado la educación oficial en el Perú. Apenas si se ha modernizado con la tecnología educativa sistémica “made in USA”.

            Pero ha variado mucho la conciencia y responsabilidad del maestro peruano. Precisamente con las bases del SUTEP educación y política es un binomio inseparable.

            C.A.: ¿Convienes en que la Universidad, sobre todo por la presencia del movimiento estudiantil se constituyó en la conciencia crítica del “sistema educativo”?

            C.C.R.: “La Universidad” es un término muy amplio. Me imagino que tú te refieres a San Marcos, La Uni, La Cantuta y otras universidades nacionales (Huamanga, Cuzco), cuyo movimiento estudiantil siente los problemas del país y lucha por erradicarlos. Ellos si están cumpliendo, creo, con la misión histórica que les corresponde cumplir: estudiar y sentir al país. Luchar por su liberación. Investigar la realidad para transformarla, con claras definiciones ideológicas.

            Pero aclaremos: son los estudiantes quienes están, mayoritariamente, en esa tarea. Hay profesores de las universidades citadas que más bien merecen enseñar en las universidades confesionales y privadas, dada su posición ideológica y política.

            C.A.: ¿No crees que el asistencialismo tipo Casa de los Petisos y el Vaso de Leche, INABIF, constituyen formas de distorsión a la educación del niño campesino y urbano pobre?

C.C.R.: No veo muy clara la vinculación de esos programas asistenciales con la educación del niño campesino y urbano pobre. Ellos han nacido para tranquilizar la conciencia de quienes no se animan a ponerle el hombro a la revolución. Son parte del paternalismo institucional que prefiere actuar por lástima en la solución parcial de casos concretos, aunque individuales. Por su ambigua posición, era lógico que Barrantes e IU cayeran en estas conductas.

Creo que esos programas nada tendrían que hacer en una sociedad socialista que aspira a que todos los niños tengan casa y hogar y leche, pan, carne, medicinas y educación.

C.A.: De acuerdo a tu experiencia, ¿qué significó la Revolución Cultural China como proceso educativo e ideológico?

C.C.R.: La primera vez que llegué a China acababa de concluir la Revolución Cultural. Se trataba de erradicar de la mente del pueblo todo resabio feudal y capitalista. De verdad estimulante y hasta extraordinario. Cuando escribí La Educación en China creí que jamás volvería el capitalismo a la tierra de Mao. Me equivoqué totalmente: desestimé la fuerza del imperialismo.

Debe ser por eso que pienso que, en política, tienen razón los convictos y confesos de la ideología proletaria. Quien no cambia de todo, no cambia nada.

C.A.: La política es sin duda también Pedagogía y Ética. ¿Consideras que Izquierda Unida está deformando o desarrollando la conciencia política de los escolares y sus padres?

C.C.R.: No sé lo que piensan los escolares de IU. pero me temo que sus padres, si pertenecen a alguno de los grupos que conforman IU., deben andar perdidos. Sus dirigentes de base les deben hablar de cambio de estructuras, de erradicación de la explotación humana, de los ejemplos heroicos de la revolución rusa y china en Europa y Asia y cubana y nicaragüense en América Latina. Y, por otra parte, el máximo dirigente de IU. anda por ahí tomando desayuno y almorzando con el Presidente de la República y recibiendo en su casa al Embajador de los Estados Unidos. No deben entender nada.

Si todavía cree en esa IU es que es muy tozudo (con ‘t’ y ‘z’, por favor).

C.A.: La violencia siempre tiene contenido de clase por eso es contestaria cuando procede del pueblo. ¿Cuáles son los factores que han desencadenado a la actual violencia organizada del pueblo?

C.C.R.: Siempre hubo violencia en el Perú y es que ella es consecuencia y no causa. Sería una ilusión pensar en un país sometido al capitalismo de las trasnacionales tan injusto y dramático como el nuestro sin violencia generalizada por parte de opresores y oprimidos. Además, seamos claros: la peor de las violencias es el hambre, la falta de trabajo y las enfermedades. ¿Cómo salir de esta horrible situación? La respuesta es obvia. A la gente que vive en tal situación no le queda otro remedio. ¿O, ¿sí?

C.A.: De la documentación de Sendero Luminoso se desprende que está desarrollando un sistema educativo a partir de la realidad concreta teniendo en base la conciencia de clase del proletariado. ¿Qué juicio le merece este proceso?

C.C.R.: Me alegra mucho que están desarrollando una educación a partir de la realidad concreta. Esto que es tan fácil decirlo no es entendido así por muchos de los llamados expertos de la educación que no andamos en la lucha armada. Creo que justamente a este tipo de educación Sendero debe mucho de su desarrollo.

 


C.A.: ¿Consideras que en el discurso político de Sendero Luminoso hay elementos místicos o mesiánicos o sólo se trata de apreciaciones de algunos intelectuales?

C.C.R.: Te voy a confesar alguna de mis grandes deficiencias: mi desinformación sobre algo tan definitivo como S.L. Me gustaría saber sobre sus antecedentes, sus planeamientos doctrinarios, su forma de pensar el Perú. Apenas si leí “DESARROLLAR LA GUERRA POPULAR SIRVIENDO A LA REVOLUCIÓN MUNDIAL” y por lo menos en ese documento, que es muy importante pero no bastó para saciar mi curiosidad, no encontré ningún elemento místico ni mesiánico.

No, leo, claro está, lo que prensa burguesa dice sobre esa organización. Sospecho mucho, por lo demás, de los llamados “senderólogos” de revistas social-cristianas como ‘QUEHACER’. Y me parece de lo más torpe la fortuna cómo el gobierno pretende combatir a Sendero apelando al terror de Estado. Los apristas, precisamente, se unificaron y crecieron gracias a las persecuciones de los esbirros de Benavides, Prado y Odría. Este tratamiento absurdo me hace pensar que entorno a la guerra popular iniciada por S.L. debe estar naciendo canciones, cuentos, poemas y otras expresiones culturales desconocidas por nosotros. También una nueva pedagogía. No olvidemos que, en la historia del mundo, las gestas populares han tenido la virtud de despertar el espíritu creativo del pueblo.

 


C.A.: ¿Tiene el gobierno aprista una política educativa?

C.C.R.: En de educación el Apra está en la calle. Y es natural que así sea: importo de Arica a un ‘ideólogo’ que les redactó “Educación para la vida” y el “Proyecto Educativo Nacional” y luego se fue a trabajar al Convenio Andrés Bello para ganar en dólares. Fuera de esos documentos —vagos, abstractos y confusos—sólo se sabe de atropellos al magisterio relacionados con los Pango-libros.

Referencias

Castillo Ríos, C. (24 de mayo de 1987). “En materia de educación, el Apra está en la calle”. El Diario, número 76.

[Fotografía del periódico el diario]. (Lima. 1987). Archivo fotográfico de la Revista La Chispa, extraído de la Hemeroteca de la Biblioteca Nacional del Perú, Lima, Perú.

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