Ecos del Día del Maestro
Escribe Carlos Castillo Ríos
Reeditado: Marco EspinozaS.
Una vez más, como siempre, se ha conmemorado el Día del Maestro dentro de la mayor mezquindad por parte del gobierno. El Ministerio de Educación ha mandado celebrar una misa, ha entregado algunas condecoraciones y, además de unos cuantos mensajes televisivos que analizaremos en una próxima oportunidad, ha pagado la publicación de un pequeño aviso en los periódicos para expresar “el profundo agradecimiento del Ministerio de Educación por la diaria, abnegada y fecunda labor que realizan los maestros en bien de la educación nacional”. Luego, por televisión, con cinismo digno de mejor causa, el ingeniero Benavidez Muñoz ha prometido que al fin de “el quinquenio de la educación” el gobierno cumplirá con otorgar las reivindicaciones económicas, sociales y políticas a las que tienen legítimo derecho los maestros.
El ministro por pudor debió guardar silencio. En verdad, en el Día del Maestro, no debió mostrarse en público. Lo exigían así las circunstancias porque durante este régimen, en los tres años de gobierno de la Derecha unida, los atentados contra la educación y el magisterio han sido, entre otros, los siguientes:
1. En la contienda Televisión Vs. Escuela, ambas llamadas escuelas paralelas, el gobierno privilegio a la televisión desde el primer día que asumió el poder. Ahora el Estado no tiene participación ni control de ninguna naturaleza sobre las emisoras de TV. y por eso ellas, impunemente, han invadido el territorio nacional propagando consumismo, frivolidad, desnacionalización y violencia. Es decir, antieducación pura y neta. Los niños de ahora se “educan” más a través, de la pantalla chica que en las aulas. La escuela, en el quinquenio de la televisión, ha pasado a ser la quinta rueda del coche.
2. Los maestros, “por su diaria, abnegada y fecunda labor” jamás fueron tan mal renumerados. En menos de tres años de gobierno AP-PPC perdieron la cuarta parte del valor real de sus salarios. Ellos ingresan a la universidad donde estudian más de 4 años para egresar ganando menos de la tercera parte de lo que recibe el más modesto miembro de la Policía que tiene apenas 5 meses de entrenamiento. En el Perú, reprimir vale más que educar. Pablo Macera, uno de nuestros más lúcidos científicos sociales, con 30 años de servicios a la educación nacional, no percibe lo que un Alférez recién egresado y que, por razones de edad, podría ser su hijo.
3. La educación, que antes era tarea que relacionaba al maestro con el alumno teniendo como escenario a la comunidad, es ahora trabajo burocrático confinado al salón de clases, a la guía de aprendizaje y a una serie de controles tecnocráticos que impiden la relación afectiva indispensable para el acto educativo. Y es que para la Derecha Unida educar es instruir, es transmitir conocimientos librescos, es aprender a ser útil al sistema productivo sin cuestionar su funcionamiento. La escuela sirve al modelo económico neoliberal y nada más.
Por eso la celebración del Día del Maestro fue tan pobre. Más de 170 mil educadores se concretaron a felicitarse recíprocamente y así nomás, en seco, decirse “Feliz día, hermano” o “Un abrazo, compañera” para luego seguir trabajando. Ni almuerzo de confraternidad ni siquiera, gracias a Dios, discurso presidencial. Apenas sí algunos alumnos hicieron un alto en el camino para recitar un poema o entregar una flor, pero eso fue todo.
Pero, vale la pena reflexionar: ¿por qué ese divorcio entre clase gobernante y magisterio? Diríase que es no sólo una separación lógica sino natural. El sistema institucionaliza la explotación humana: el gobierno representa a los explotadores y los maestros están ubicados, por naturaleza de función, entre los explotados. Para el liberalismo el dinero es la máxima expresión del éxito personal y los maestros, sin embargo, escogieron la pobreza. La dignidad, la voluntad de servicio, la honradez y la satisfacción del deber cumplido no son, precisamente, los valores del sistema capitalista. Ellos son, no obstante, las motivaciones que hacen realidad y ponen los cimientos en el hermoso camino de los maestros primarios y secundarios del Perú que sólo conmemoran su día, con todos los honores, cuando la justicia social y la democracia económica se entronicen en el país. (Castillo, 1983, p. 11)
Referencia.
Castillo Ríos, C. (miércoles, 13 de julio de 1983). Ecos del Día del Maestro. La República, p. 11.
[Fotografía de Marco Espinoza]. (Huánuco. 2022). Archivo fotográfico de la Revista La Chispa. Extraído de la Biblioteca de Marco Espinoza. Lima, Perú.