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sábado, 7 de septiembre de 2019

MAESTROS Y MILITARES ESCRITA POR CCR


En esta oportunidad nos trasladamos al año 1985 para leer otro artículo del periodista y catedrática sanmarquino: Carlos Castillo Ríos, en aquel año aún seguía como Regidor de la Municipalidad de Lima, sin embargo, hay que rescatar, que el amauta Carlos Castillo no compartía la manera de pensar del representante de ese entonces llamada entre comillas “la izquierda” conducida por el Alcalde Alfonso Barrantes Lingán, quien hay que recordar y precisar perteneció en sus inicios al Partido Aprista. Castillo Ríos, era un profesor de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y su pensamiento era único, por ejemplo: un gobierno para el pueblo, donde el pueblo sea beneficiado y no más bien donde los que tienen el poder sean los beneficiados aun a cuesta del mismo hermano, ese es la conclusión de la visión que tenía el entonces Regidor de Lima: Castillo Ríos. Hay que recordar que el 10 de abril era una fecha cercana a las elecciones presidenciales, en donde los dos candidatos con mayor apoyo según las encuestadoras eran el APRA y el representante de la llamada “izquierda”, liderada por el señor Barrantes Lingán.
A lo que voy, es trasladarnos al contexto social que se palpaba en ese entonces, de repente uno busca un artículo donde el periodista y abogado, Carlos Castillo, nos dé su posición sobre aquellas elecciones, lo cual no sucedió, sino más bien, va a proseguir con su opinión acerca de la realidad social que vivía el Perú de aquellos años, que estamos seguro, se asemeja mucho más al Perú del año 2019:

Maestros y militares
Escrito por Carlos Castillo Ríos
Es probable que sea necesaria la función que cumplen generales y coroneles de las fuerzas armadas y las fuerzas policiales pero es también imprescindible, además de respetable y trascendente, la labor que cumplen los profesores del país. Sin embargo, en este desgobernado país, los primeros se van al retiro con más de 200 dólares mensuales en gasolina (casi dos millones de soles) más sueldo completo, más bonificación, más mayordomo, más automóvil y chofer, más hospital y medicinas y tiendas de descuentos y otros privilegios. Es decir, una millonada.
Los maestros, en cambio, que jamás llegan a ganar siquiera como tenientes se van nomás después de 30 largos años de servicios al Estado. Con la voz gastada, los fundillos lustrosos, los bolsillos anémicos por una miseria pensión, que sólo les da acceso al hambre, no tienen derecho a una gota de gasolina, por no hablar de mayordomo, chofer y automóvil. Tampoco tienen centros recreativos ni hospitales especiales. No obstante, se dice que finaliza en el país “el Quinquenio de la Educación”.
Si los maestros son los divulgadores de la razón y los militares y policías la expresión de la fuerza, la democracia peruana se inclina ante la fuerza y maltrata a la razón. Vale más para ella quien maneja las armas que quien propaga la libertad, la ciencia, la justicia y la belleza. Por eso los jóvenes que egresan de la secundaria quieren entrar en un organismo castrense y dejan solo para los ilusos, los soñadores y los débiles mentales, la hermosa función, de enseñar al que no sabe.
Y, sin embargo, nos piden que votemos por los partidos oficialistas “para que la democracia, esta democracia, no se detenga”. (Castillo, 1985, p. 20)
Referencias
Castillo Ríos, C. (10 de abril de 1985). Maestros y militares. La República, p. 20.
[Fotografía del periódico Kausachum]. (Lima. 1980). Archivo fotográfico de la Revista La Chispa, extraído de la Hemeroteca de la Biblioteca Nacional del Perú, Lima, Perú.

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