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jueves, 17 de junio de 2021

CASTILLO RÍOS DESENMASCARA LA "OFENSIVA CULTURAL"


 

Castillo Ríos desenmascara la “ofensiva cultural”

“No se puede hacer cultura con aspirinas”

Escrito por José Alva S.

Reeditado por Marco EspinozaS.

 


El presidente García mezclo cuidadosamente los ingredientes para el sortilegio, levantó su varita y pronuncio las palabras mágicas: “Las juventudes de América Latina Están contagiadas e idiotizadas por el colonialismo cultural de las televisoras, de las novelas, de los panfletos”… ¿acaso la Cámara de Diputados o Senadores han hecho algo para reglamentar el contenido cultural de la televisión?...” Y ¡Plaff!, como por arte de magia ya tenemos la “Ofensiva Cultural” en nuestras pantallas. Un analgésico cultural de dos horas, para el deprimente cuadro de pobreza en los canales privados.

                EL EXORCISTA I Y II

                Sexo, violencia, huachafería, alienación son los endémicos trastornos de nuestra televisión desde hace más de treinta años y todavía no tienen solución.

            La llamada Ofensiva Cultural, ¿fue una muestra de colaboración y desprendimiento de los empresarios?... No le parece. Es indudable que las palabras del presidente tuvieron un efecto inquietante para ellos. Y eso que sólo habló del contenido cultural de los programas. Entonces levantaron su cruz de fuego y dijeron ¡Vade retro!, al demonio del intervencionismo en la libertad de información; publicaron un exorcizante comunicado como miembros de la Cámara Peruana de la Televisión, en que afirman que existe el peligro del intervencionismo estatal. Además, ellos “siempre han dado muestras de responsabilidad y capacidad de concertación, y han puesto sus ondas al servicio de alturadas causas, para servir a la comunidad”. Siempre van a sostener esto; pero los peruanos tenemos la prueba, somos testigos oculares de lo que sucede día a día en nuestras pantallas.

            Creemos que le veredicto no les será muy favorable.

            ANTENAS AL RISTRE

            Hay opiniones diversas con respecto a la Ofensiva Cultural. Por ejemplo, Carlos Castillo Ríos, abogado y educador de prestigio, interesado además en la problemática de nuestra televisión, no está muy contento que digamos. “Sí, es una ofensiva cultural, pero contra el televidente. Siempre ha sido así. ¿De qué nos valen estas pequeñas aspiraciones de conocimiento si la televisión va a seguir preconizando valores ajenos a los nuestros, incitando siempre a la violencia?”. Afirma además que hay una franca contradicción entre los contenidos que brinda la televisión y los que preconiza la educación formal.

            Los dueños arguyen que el televidente decide con sus gustos por tal o cual programa, pero Castillo Ríos opina que no debería ser así, piensa que se les debe dar oportunidad a los líderes de las comunidades y organizaciones de las distintas regiones del país para que expresen sus problemas y sus posibles soluciones.

            Cuando incidimos en que los empresarios apelarían al derecho de la libertad de expresión, de la libre empresa, respondió que teníamos razón sólo en una cosa: la libertad de empresa: porque, ¿Quiénes tiene la oportunidad de expresarse?, únicamente ellos, los empresarios. ¿Y el resto de la población? Una pregunta que algunos no quisieran contestar.

            “Lo que hace falta es un Consejo Nacional de Radio y Televisión, -propone Castillo Ríos- conformado por los diferentes sectores de la sociedad organizada: Universidades, empresarios colegios profesionales, intelectuales, para que definan el tipo de programación que va a regir en el país. Esto se ha llevado a cabo con éxito en los diversos estados europeos”.

            Por ultimo le preguntamos si cree que esta “avanzada cultural” se profundice. No, no creo, respondió ellos son fieles exponentes de la cultura extranjera y, no cabe que en sus canales transmitan algo que no la represente. Esperemos que Castillo se equivoque por el bien de la cultura nacional.

            EL OTRO CANAL

            Por el otro lado Carlos Guillen, Presidente del Directorio del Canal 7, tuvo frases elogiosas para los dueños de los canales: “Creo que en la mente de los señores empresarios siempre se ha encontrado presente la voluntad de incentivar la cultura y la educación en el país. Un saludo a la bandera.

            Muy cuidadoso en sus respuestas, Guillén sostiene que ésta campaña es algo que recién se está iniciando, pero que debió realizarse hace mucho tiempo. Ahora él tiene la esperanza de que se profundice y amplíe su horario de cobertura cultural.

            Cuando le preguntamos el porqué de sus benevolentes opiniones, respondió: “Yo no tengo por qué ser benevolente con las televisoras privadas, pero tampoco tengo que ser su fiscal. Ellos han definido su política y nosotros la nuestra”. Un lindo quite de cuero y ¡Olé!...

            En cuanto a la reducción de la violencia en las pantallas, sostiene que hasta en los países más civilizados, los horarios son reglamentados, y no se explica por qué no sucede algo igual aquí! “Que exista libertad en los contenidos, que cada uno coloque lo que quiera, y cada persona vea lo que le interesa. Pero eso sí: respetando los horarios para niños y, colocando los programas de acción y violencia en horas más adecuadas”.

            ¿Esta ola cultural quedará en puro salpicón?, ¿llegará por lo menos a mojarnos los pies? No lo sabemos, pero ahí la vemos venir. Esperamos. (José Alva S.).

Referencia

Alva S., J. (5 de agosto de 1988). Castillo Ríos desenmascara la “ofensiva cultural” “No se puede hacer cultura con aspirinas”. La República, pp. 14-15.

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