Del arte infantil a la masacre
Escribe Carlos Castillo Ríos
Reeditado por Marco EspinozaS.
Todo niño es, por naturaleza, un ser creador. Lo saben los pintores, literatos músicos y productores de radio y televisión que respetan, en sus programas, la expresión infantil. Al decir “todo niño” se incluye a quienes, por estar en situación irregular, cayeron a las comisarias del interior de la república o, en Lima, a los albergues tutelares de menores.
La innata vocación artística de los niños ha sido demostrada infinidad de veces. Jesualdo de Sosa, trabajando con niños que tenían problemas de conducta, logró editar una muestra de 500 poemas de indudable calidad. En el Perú, alguna vez, con Nilo Espinoza H., ensayamos algo parecido y por ahí circula “Cuaderno de Ruta” (El Arte y los menores inadaptados) que publico el Consejo Nacional de Menores, en 1967.
Aquella experiencia fue importante. Se comenzó sensibilizando a los niños, introduciéndolos al mundo de la creación artística. En pintura, se hizo observación y análisis de reproducciones de Rembrandt, Boticcelli, el Greco, Van Gogh, Matisse, Picasso, Sérvulo Gutiérrez, Julia Codesido y dibujos de Cristina Gálvez. En Literatura, Cervantes, Shakespeare, Anderson, Vallejo, Arguedas y Valdelomar primero y después Washington Delgado, Mario Florián, Romualdo y Julio Ramón Ribeyro.
Pronto, los frutos de ese esfuerzo se estaban exponiendo, en la Asociación Artística y Cultural “JUEVES”. Ayudaron bastante Macedonio de la Torre y José María Arguedas. Este iba los sábados al albergue y contaba a los menores cuentos y leyendas. Macedonio presentó la primera exposición de obras. “Después de todo”, el Arte se ha hecho siempre dentro de cuatro paredes”, dijo.
En teatro se llegó a representar una versión adaptada de “El mercader de Venecia”. Se hizo, además, en el albergue, estampados, artes gráficas y tarjetas de navidad. Algunas manos que antes habían servido para robar se convirtieron en portadoras de pinceles, lápices y herramientas para crear belleza.
En el Museo de Arte Moderno de Chicago se exhiben algunos retablos hechos en el Albergue Tutelar de Menores N° 2. De todo esto hace 15 años. Ahora, en 1982, una Juez de Menores, hace menos de un mes, irrumpió sorpresivamente a ese albergue y encontró a decenas de niños flagelados. Como si fuese poco recogió, además, la denuncia de violaciones tan graves como las sucedidas en Lurigancho.
Del cultivo del arte, inexplicablemente, se ha pasado a la masacre. Y son niños las víctimas de esta horrenda transformación (Castillo, 1982, p. 13).
Referencias
Castillo Ríos, C. (18 de febrero de 1982). Este hermoso país donde se vive tan mal. Diario La República, p. 11.
[Fotografía del Diario La República]. (Lima. 1982). Archivo fotográfico de la Revista La Chispa, extraído de la Hemeroteca de la Biblioteca Nacional del Perú. Lima, Perú.
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