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sábado, 18 de febrero de 2023

INFORME ESPECIAL: LOS NIÑO EN EL PERÚ

 


Nacimiento, enfermedad, pasión y muerte DEL NIÑO EN EL PERÚ

Escribe Carlos Castillo Ríos

Reeditado por Marco EspinozaS.

 

Según cifras del Banco Mundial, un niño sueco podía aspirar a un promedio de vida de 75.3 años; un cubano a 69.8 y un peruano a 55.7. en el mismo periodo, éstas eran las cifras de la mortalidad infantil. Suecia, ocho por mil, Cuba, 29 por mil, Perú 114 por mil.

Como en todas partes del mundo, ser niño en el Perú, es también vivir “hacia el futuro”, pero en nuestro caso, se trata de un futuro bastante incierto.

Estas cifras son elocuentes y reflejan una realidad estructural. Nuestros altos índices de desnutrición, mala salud y mortalidad infantiles, obedecen a las deformaciones e injusticias del orden económico y social. La mala cobertura estatal en materia de salud, los altos precios de las medicinas, las dificultades para una sana nutrición, no son sino síntomas de nuestro subdesarrollo.

Y nuestro subdesarrollo se explica en el capitalismo dependiente de nuestra historia nacional.

“Tenemos el capitalismo en casa —dijo Augusto Salazar Bondy— pero no como promotor de una economía de bienestar, sino como generador de miseria creciente. Tenemos un sistema rígido y deficitario que no ha desterrado los habitas perniciosos de la economía tradicional nativa, sino que los ha perennizado poniéndolos a su servicio y no ha operado, así como factor de progreso sino de regresión. Tenemos un mecanismo montado para debilitar al país, seccionándole recursos y rentas para someterlo finalmente al poder extranjero” (Entre Scila y Caribdis, INC, Lima, 1973).

Pero, desde luego, si es éste el cuadro de fondo que explica muchos de los problemas de nuestra niñez, no afecta a todos los niños de la misma manera. Porque si hay diferentes clases de niños no es menos cierto que hay niños de diferentes clases.

Este informe sobre la niñez en el Perú, se ocupa fundamentalmente de aquellos niños que no suelen llegar con un pan bajo el brazo y que engrosan las estadísticas de los primeros párrafos. Analiza las condiciones del embarazo que prepara su llegada al mundo y el parto que lo alumbra; su crianza primera, su nutrición, o más bien, las modalidades de su desnutrición; sus enfermedades y su muerte. Sí, porque la muerte infantil es también una de las formas de ser niño en el Perú.

EL DERECHO DE NACER SIN MUCHOS DERECHOS

No todos los niños del Perú vienen al mundo en las mismas condiciones. La sociedad peruana, dividida en clases, ofrece a los niños, desde su concepción, diferentes oportunidades según el lugar que sus padres ocupan en el proceso productivo. Estas diferencias que son básicamente económicas, engendran, a su vez, no sólo comodidades o privaciones de orden material, sino también un sistema de creencias y costumbres frente al advenimiento del niño y su crianza.


EL EMBARAZO, CONTEXTO CULTURAL

La futura madre pobre no cuenta con los recursos necesarios ni con los servicios asistenciales suficientes para su adecuada atención durante el embarazo. A las deficitarias condiciones ambientales se agrega escasez de alimentos, la proclividad a las enfermedades y, en general, la bajísima calidad de vida.

Si la mujer embarazada de extracción popular habita en la ciudad, tiene alguna posibilidad de recibir orientación profesional en los servicios maternos-infantiles, en las secciones gineco-obstétricas de algunos hospitales o en los centros de salud. Si la mujer es del campo, tales probabilidades son remotas a tal punto que se pueda afirmar que si en la ciudad la cobertura de atención prenatal es algo más que simbólicas en el campo no existe atención prenatal de ninguna naturaleza. Durante el embarazo, entonces predomina la tradición, la atención familiar y el curanderismo. La malnutrición, el desconocimiento sobre la preñez y, sobre todo, los deprimentes niveles de subsistencia son factores que pone en peligro, gravemente, la salud y vida de la futura madre y de su hijo. 

 

           

           La mujer gestante, en el mundo andino, sigue ayudando al marido en sus tareas del campo y al mismo tiempo cocina, hila, atiende a sus hijos y cuida a sus animales domésticos. En la mayaría de casos estas actividades le permiten un embarazo normal ya que le sirven como ejercicio que, más tarde, le facilitará el trabajo del parto. Las tareas productivas de la mujer del pueblo sustituyen al ejercicio especializado, psicoprofiláctico, de la mujer burguesa. A esto se agrega la colaboración que le presta, el saber popular.

En las clases populares no es lo mismo el advenimiento de un varón que de una mujercita. La sociedad es patriarcal y pese a que la mujer también participa en el trabajo productivo las preferencias de los padres se suelen inclinar, mayoritariamente, por los varones. Son ellos quienes realizan los trabajos más pesados y asumirán, más tarde, la jefatura de la familia.

Cualquier dificultad en el proceso de la gestación se explica a veces de manera fatalista y a veces como influencia de factores externos no vinculados, precisamente, a la salud y a los cuidados de la futura parturienta. Quien quiere tener un hijo hermoso debe contemplar, durante su embarazo, grabados o fotografías de niños lindos y pensar en ellos.

La presencia de un animal feo o de un rayo que asusta deben ser evitados porque pueden motivar, piensan, que el niño se parezca a ese animal o tenga labio leporino a causa del rayo. El sexo del niño esta vinculado a los sueños de la madre (si frecuentemente sueña con flores o joyas será niña; si sueña con frutos o agujas será varón) y así sucesivamente. El nacimiento del nuevo ser y después su conducta se explican así de manera anímica, casi mágica.  

En este contexto cultural se van nutriendo quienes más tarde serán los niños del Perú mayoritario.

EL PARTO Y POSTPARTO

La sociedad dividida en clases ofrece diferentes oportunidades a las parturientas, de acuerdo a su nivel económico. Las familias de clase alta reciben a sus hijos en clínicas privadas. Las familias de las clases medias utilizan los servicios del Seguro Social, algunos hospitales de maternidad o clínicas no muy caras, de segunda o tercera categoría. En la capital, las mujeres de la clase trabajadora que tienen empleo, también apelan a los hospitales del Seguro Social o a la maternidad. De otra manera sus hijos llegan al mundo en su propia casa siendo recibidos, generalmente, por comadronas empíricas. Cuando se hace referencia a la Maternidad no se piensa en una institución bien dotada sino, al contrario, en largos dormitorios con camas de una plaza y donde con frecuencia se coloca a dos gestantes. Las futuras madres deben llevar sus propios enseres y ser atendidas en grupos por personal mal supervisado y peor pagado.

Referencias

Castillo, C, (1981). Nacimiento, enfermedad, pasión y muerte DEL NIÑO EN EL PERÚ. QUEHACER, 1 (14). pp. 90-105.

[Fotografía de la Revista QUEHACER]. (Lima. 1981). Hemeroteca de la Biblioteca Nacional del Perú. Lima, Perú.


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