Mi lista de blogs

martes, 19 de septiembre de 2023

MI VERDAD, CARLOS CASTILLO RÍOS


 

Carlos Castillo Ríos: dos semanas vendado en una celda de Dircote

Mi verdad

Escribe Carlos Páucar Gómez

Reeditado por: Marco EspinozaS.

Una acusación apresurada e injusta puede convertirse en un estigma. Hoy Carlos Castillo Ríos está libre; y ello porque sencillamente es inocente, porque no es senderista. Pero ni a la Dircote, ni a la prensa que dio crédito a la versión les interesa ahora rectificarse. El daño ya está hecho y aquí la víctima cuenta lo que padeció durante su reprobable detención.

Testimonio

¡Adelante vamos, sigan así, todo lo que hagan lo voy a publicar! ¡Sé que no voy a desaparecer”, entonces todo voy a publicarlo!

Carlos Castillo Ríos encara a un comandante de la Policía Nacional con palabras lentas pero firmes a la vez.

 (...)

Cuando los apuros fisiológicos se hacían presente, todos los recluidos en el maloliente recinto —hombres y mujeres juntos—, hacían filas cogiéndose de los hombros para descender desde ese tercer piso, en donde, se encontraban. Carlos Castillo Ríos parece volver a sentir sus pasos en el vacío cuando recuerda esos instantes. “La caminata por escaleras sinuosas terminaba delante un baño inmundo donde recién te quitaban la venda”.

(...)

Sin embargo, Carlos Castillo Ríos no sufrió torturas. Las noticias de su detención, al día siguiente, le aseguraron un tratamiento en el que solo su sicología y su tranquilidad fueron empujados a salirse de quicio. Varias publicaciones enumeraron su currículum, pero también otros se sumaron a condenarlo.

 (...) 

Quince días detenido, le han restado amistades que dijeron oído a las noticias resonantes que lo vinculaban al senderismo. Pero él, un educador por excelencia, la experiencia le ha servido para reconocer que las prácticas “primitivas” de detención, aún subsisten. Dice que adentro, en las sombras, se tiene que ordenar la actividad de la vejiga, del intestino, a los caprichos de los celadores.

En estos días, este educador, que hizo polémicas periodísticas de antología sobre la educación, ha escrito un pequeño manifiesto en el que hace un pedido indignado porque “éste no puede ser el Perú donde yo nací, donde crecí, donde aprendí a pronunciar mis primeras palabras… Por eso, señor Canciller, pido asilo a la República Democrática del Perú”. (Castillo, citado por Páucar, 1991, pp. 10-11)

 

Referencias

Páucar, C. (domingo 24 de febrero de 1991). Mi verdad. La República, pp.10-11.

 

No hay comentarios: