Ayer, 26 de julio, se ha conmemorado el 70 aniversario del asalto al Cuartel Moncada (Cuba, 1953), pero también se conmemora 65 años desde que el gran maestro Carlos Castillo Ríos piso suelo cubano, tal como lo redacto en este artículo, el cual dice:
La
Habana está ahora más bella que nunca
Escrito por Carlos Castillo Ríos
Reeditado por Marco EspinozaS.
“Con tu revolución mi Cuba, a mi manera”
Julio Cortázar

Cuba era, hasta 1959, un típico país
latinoamericano, con niños mendigos, hombres desempleados, corrupción institucionalizada
y miseria en los sectores mayoritarios de la población. Y, en cambio, lujo,
opulencia y despilfarro, por parte de su clase dominante. Han pasado poco más
de 26 años desde entonces. Cuba es ahora, en América, el único país inmune a la
crisis económica mundial, con planes de desarrollo económico y social
garantizados durante 15 años y, como si fuera poco, la más alta calidad de vida
en América Latina.
LA HABANA CAUTIVA
Conocí La
Habana en agosto de 1958. El barco que me traía de Europa tenía que estar un
día en ese puerto. Con nosotros descendieron también dos panameños de largas y
cuidadas barbas, similares a las usadas por los guerrilleros cubanos que en
aquel momento luchaban en la Sierra Maestra. La gente se alborotó entusiasmada
en torno de ellos que pronto fueron detenidos por la policía de Batista.
El barco,
responsable por sus pasajeros, tuvo que permanecer en el puerto un día más para
recuperar a los detenidos. Probada su identidad fueron liberados no sin antes
sacrificar sus cuidadas barbas. Así, nos quedamos durante más de 2 días y pude
ver algo de La Habana anterior a la revolución.
Era ya
una ciudad extraordinariamente bella aunque poblada también por desempleados
que, estando en plena juventud, tenían que pedir limosna en las calles del
puerto, para poder subsistir. El pueblo era discriminado por su situación económica
o el dolor de su piel. El Barrio Chino, un sector de gantos de juego, prostíbulos
y teatrines pornográficos, sombríos y asquerosos. Pero, en compensación, la
ciudad tenia hermosos barrios residenciales que, aunque vedados para negros y
pobres, eran, seguramente, los más bellos y de más refinado gusto de América
Latina. Vivía allá la burguesía parasitaria que después se trasladó a Miami. La
parte vieja de la ciudad, ahora finamente restaurada por la revolución, acaba
de ser proclamada por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad. Toda ella
parece ser un museo abierto.
LA HABANA LIBRE
La
capital de Cuba tiene ahora cerca de 2 millones de habitantes. Sigue siendo el
puerto de mayor movimiento en el país, aunque ahora luce muy mecanizada y mucho
más limpia. En toda La Habana y en Matanzas, la segunda ciudad de Cuba, no vi
un solo niño mendigo y sin zapatos, ningún desempleado, ninguna casa de latas,
cartones o esteras. Al contrario: La Habana seria el paraíso del arquitecto
Belaúnde Terry pues debe tener 15 o 20 veces más conjuntos habitacionales que
Lima y que tanto apasionan a nuestro ex presidente.
Asistí a
un certamen educativo (“PEDAGOGÍA 86”) que congregó a más de 3 mil educadores
de todo el mundo y no escuché que alguno le robaran, asaltaran o trataran mal. Se
dice que La Habana es la ciudad más segura de América y, sin embargo, debe
tener sólo un policía por cada 10 que hay en Lima y los de allá no llevan
ametralladora en las manos ni gesto adusto y de pocos amigos en la cara. Al contrario
son muy acogedores.
La gente,
en calles, tiendas y transporte público, es extraordinariamente amable,
sonriente y gentil. Todo el pueblo es así: a la alegría del Caribe han agregado
confianza en sí mismos y buenas maneras. Todos se detienen para ayudar y no son
pocos los que se ofrecen para acompañar a los visitantes. No se aprecia ningún síntoma
de discriminación racial. El 66% de la población es blanca, el 12% negra, el
0.1% asiática y los de más, el 21.9%, mestiza. Son muy extrovertidos todos: les
gusta saber de dónde viene uno y se mueren de curiosidad por conocer la impresión
que se tiene de su país y su ciudad de los que se sienten, visiblemente, muy
orgullosos.
GUERRAS GANADAS
¿Cómo un
país pobre, bloqueado y calumniado, pudo despegar y ahora se codea con el
desarrollo? Los cubanos dicen que Fidel sabe el secreto de cómo se forma una
conciencia política y un espíritu nacional. Se han acortado las distancias
entre el trabajo manual e intelectual, se ha debilitado la contradicción ciudad
y campo y, sobre todo, el pueblo participa en el desarrollo del país. Y lo hace
a conciencia porque está plenamente informado de su situación real.
Parece que
la pretendida invasión a Cuba hubiese sido ayer. Lo tienen presente a cada
instante y eso les recuerda que no se pueden dormir sus laureles. Tienen la
mala suerte de estar a pocas millas de los Estados Unidos pero esa es, también su
buena suerte, porque los mantiene unidos y alertas. Todos han participado en
las guerras contra el analfabetismo, la enfermedad, el hambre y el frío. Y así,
han hecho posible la revolución en la educación, la salud, la vivienda y la producción.
¡Y sabe que los desafíos que tienen en el futuro –todavía tienen muchos
problemas que resolver también los irán ganando!
Cuentan,
claro está, con el apoyo solidario de mundo socialista. Pero sus logros no habrían
sido tantos ni tan claros si no hubiesen participado todos en el desarrollo del
país. Es que saben que es “su” país y que cada triunfo en el campo, en la
escuela, el laboratorio o el taller, va a repercutir a favor de él y sus
familias.
Un chofer
de taxi me pide mi opinión sobre Cuba y le expreso mi asombro por las calles
sin basura, la belleza de la ciudad sin paneles de publicidad, las colas
ordenadas y también respetadas por militares de alta graduación y naturalmente
por la alegría de la gente que ha sabido conjugar política y son cubano:
trabajo colectivo y chachachá.
Orgulloso el taxista me dice:
-¡Y porque nadie ahora se acuesta con
el estómago vacío! (Castillo, 1986, p. 23).
(CONTINUARA)
Referencias
Castillo Ríos, C. (28 de julio de 1986). La Habana está
ahora más bella que nunca. La República,
p. 23.
[Fotografía de La República]. (Lima.
1986). Archivo fotográfico de la Revista La Chispa, imágenes extraídas de los
archivos periodísticos del Diario La República en la Hemeroteca de la
Biblioteca Nacional del Perú. Lima, Perú.
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