¿Qué hace el INABIF?
Escribe Carlos Castillo Ríos
Reeditado por Marco EspinozaS.
Muchos se preguntan, con no poca preocupación, ¿qué hace el Instituto Nacional de Bienestar Infantil y Familiar? Este es el nuevo nombre que ha tomado el antiguo INAPROMEF (Instituto Nacional de Prevención y Protección al Menor y la Familia) que, a su vez, durante el primer gobierno de Belaúnde se llamó la JAN (Junta de Asistencia Nacional).
La respuesta requiere desarrollo. La JAN cumplía una función: era el organismo “asistencialista” del Estado, destinado a socorrer a los pueblos devastados por calamidades naturales. Tenia frazadas, conservas, carpas y medicinas para atender a pueblos victimas de huaicos, terremotos u otros desastres propios de nuestra accidentada realidad. Dirigido por una dama de innegable inteligencia y calidad moral, llegaba, cuando era menester, a movilizar los recursos de las Fuerzas Armadas a favor de los damnificados de desastres naturales. No se lo podía exigir más. El asistencialismo siempre es apoyo eventual y, en todo caso, ayuda oportuna. Parche y no solución, pero necesario al fin de cuentas.
Con el cambio de gobierno vino un nuevo apelativo y el primer gran error: la necesaria y modesta JAN se convirtió, nada más que de nombre, en ambicioso y Protección nada menos que del Menor y de la Familia. Es decir, de la población entera. Con presupuesto modesto y aún más reducidos recursos técnicos y conocimientos sobre problemas del menor y la familia, recibió los servicios del antiguo Consejo Nacional de Menores y así se quedó como entidad administradora de algunas cunas maternales, casas-hogares, albergues tutelares, colocación familiar, libertad vigilada, etc. Jamás hizo investigación social ni propuso una sola norma en favor del niño y la familia. No fue, pues, Instituto Nacional. Simplemente mantuvo, sin reproducir, servicios a favor de la infancia en situación irregular. Desde este punto de vista hizo más daño que bien pues dando la apariencia de Instituto Nacional que previene y protege al menor y la familia, despreocupó al Estado de la tarea —que debiera ser ineludible— de alentar políticas y acciones en beneficio del niño, el joven y el grupo familiar.
Este lamentable error lo reprodujo, fielmente, el actual gobierno al propiciar un nuevo cambio de nombre —y no de funciones— del INAPROMEF.
Ahora sí podemos responder a quienes se preguntan ¿Qué hace el INABIF? La respuesta sería NADA o MUY POCO, porque:
1. No otorga, como la primitiva JAN, asistencia a poblaciones víctimas de calamidades naturales.
2. No realiza, como Instituto Nacional, estudios, investigaciones, ni siquiera análisis de los problemas que afectan al niño y a la familia.
3. No coordina los programas oficiales y privados en beneficio de los menores.
4. No propone leyes, decretos ni resoluciones a favor de niños y familias en situación de emergencia.
5. Inhibe la acción del Consejo Nacional de Menores dándole existencia teórica y no real.
6. Se pone al margen y no denuncia delitos y contravenciones en perjuicio del menor y la familia.
Es decir, lo poco que hace —sostener servicios de cobertura limitada que antes pertenecieron al Consejo Nacional de Menores— no justifica su existencia. No es, pues, un Instituto Nacional ni siquiera un centro asistencial. Deja, por consiguiente, a 9 millones de menores de edad, sin protección de ninguna especie. (Castillo, 1982, p. 10)
Referencias
Castillo Ríos, C. (15 de febrero de 1982). ¿Qué hace el INABIF? La República, p. 10.
[Fotografía del Diario La República]. (Lima. 1982). Archivo fotográfico de la “Revista La Chispa”. Imágenes extraídas de la Hemeroteca de la Biblioteca Nacional del Perú: Lima, Perú.
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