Cuatro tragos
Escribe Carlos Castillo Ríos
Reedita: Marco EspinozaS.
Aquellas falacias (somos blancos occidentales, España es la “madre patria”) mantienen los sueños, ilusiones y complejos de tanto neohispano, heredero de la Colonia, que rehúsa mirarse en el espejo para olvidar sus raíces andinas o negras. Y ahora, con castiza y occidental emoción, alienados hasta en su más recóndita vergüenza, están celebrando el V Centenario, aunque con cuatro tragos sean traicionados por sus pies: cuando escuchan un chotis lo bailan como huayno o landó.
Digámoslo claramente: quienes distorsionan la historia del Perú de este modo no están cometiendo sólo un desliz didáctico, un pecadillo pedagógico. Su falta adquiere dimensión de delito por las consecuencias que ocasionan no sólo en la formación de niños y adolescentes, sino también en la comunidad, en el país entero.
Porque, lo admitamos o no, esa falsa historia nos divide hondamente a los peruanos, como se verá más adelante. (Castillo, 1992, p. 16)
Referencias.
Castillo, C. (26 de marzo de 1992). De todo y de nada: Cuatro tragos. Diario La República, p. 16
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