EL FACTOR ECONÓMICO SOCIAL
Por José María Arguedas
La conducta del niño indio está también condicionada por la situación que ocupa en la sociedad y por la clase de trabajo a que se dedican sus padres. Ambos factores, el social y económico, son tan importante como el que examinamos al tratar sobre religión.
Durante la colonia, la población del país fue clasificada en castas, es decir, en estratos sociales cerrados y diferenciados por rasgos culturales característicos por signos externos tales como los trajes que, según las castas, eran distintos y por la ocupación que, asimismo, era diferente según se perteneciera a una casta considerada inferior o superior. No se podía ascender de un estrato a otro, considerado superior, salvo casos excepcionalísimos. Los indios ocupaban la casta inferior, los mestizos y los blancos las dos superiores.
A los indios se les hacía trabajar en los obrajes y las minas y estaban, asimismo, obligados a labrar la tierra de los señores (vecinos españoles o criollos). Por otra parte, siguiendo la antigua costumbre establecida durante la colonia, a la manera de las comunidades españolas, los indios realizaban faenas en obras de beneficio público, tales como la construcción de puentes y acueductos, iglesias, reparación de caminos, etc.
Aislados por las diferencias sociales, impuestas a la casta inferior, los indios conservaron casi todas sus viejas costumbres prehispánicas y asimilaron de la cultura española todo cuanto les fue permitido, enriqueciendo con muchos instrumentos sus medios de trabajo y de expresión artística. Dominaron, por ejemplo, el uso del arado; incorporaron a su economía el cultivo de algunas plantas tan ricas como el trigo, las habas y la cebada, a las que rindieron un tipo de culto religioso como el maíz. Aprendieron a tocar algunos instrumentos europeos, más perfectos que los antiguos: el arpa y el violín principalmente.
Pero, el indio no podía aspirar a dejar de ser indio hasta hace solamente unas cuantas décadas. En este sentido, la República no sólo no le ofreció ninguna ventaja, sino que, al imprimir las leyes que les aseguraban el uso de las tierras comunales que eran inalienables, hizo posible el despojo cruel y en gran escala de sus tierras de cultivo y de pastos.
El niño indio sabía que moriría indio;
sabía, desde que alcanzaba el uso de la razón, cuáles serían infaliblemente sus
ocupaciones por el resto de la vida. Su porvenir, como el de la casta a la cual
pertenecía estaba rígidamente limitado y clausurado. Además, por la misma
situación que ocupaba en la sociedad, el niño, como el conjunto de su casta,
era víctima del menosprecio y del tratamiento frecuentemente brutal de quienes
tenían el poder político y la predominancia social.
Referencias
Arguedas, J. (1966). Algunas observaciones sobre El Niño Indio Actual y los factores que modelan su conducta. Consejo Nacional de Menores.
[Fotografía de José María Arguedas Altamirano – Familiares Directos]. (Lima. 2020). Archivo fotográfico de la Hemeroteca de la Biblioteca Nacional del Perú. Lima, Perú.
No hay comentarios:
Publicar un comentario