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martes, 23 de abril de 2019

UN LIBRO AMIGO


Un gran amigo llamado “libro”
Escrito por Espinoza Marco
Más de 11 años entre cuatro paredes, 11 años que se fueron y no volverán, 11 años calentando un asiento, posterior vendría una bofetada ante la cruda realidad en que sucumbe nuestro país, 11 años entre una pared, un piso y un techo frio, 11 años en donde la escuela está lejos de nuestras realidades, nos hablan de árboles, plantas y semillas y al salir de esas cuatro paredes veo en mi escuela que las plantas se secan, que los árboles se mueren y que de nada sirve la teoría sin estar en la praxis. Han pasado 11 años y de nada me sirve lo aprendido para poder ingresar a una universidad ni mucho menos permanecer en un instituto.
¿Qué nos ha enseñado la escuela?, me pregunto y me pregunto, pasan los años y no encontramos sentido al estudio, caminante se hace caminando –me digo- ya no son 11 años, saquemos la cuenta, dos años en un instituto y no comprendemos nada, no hay razón de seguir –me digo-, seguimos sumando y colocamos un año en una academia, disculpen restemos los meses que tuve que dejarlo, luego seguimos sumando, agreguemos un veranito, un semestral y un repaso, un sin número de academias hemos visitado, producto de no contar con los medios –cuanto estaremos sumando- posterior ingresamos a una universidad privada con el método de distancia, seguimos sumando, luego abandonamos, regresamos, abandonamos y luego lo dejamos, el dinero no alcanza, hay errores que se cometen, seguimos trabajando y viviendo la vida, no encontramos sentido al estudio, nuevamente sumemos, ya afuera en la calle solo nos queda trabajar y dejar los estudios, no comprendemos lo amargo que es vivir, pero sigamos sumando como para concluir dos años de una carrera que lo veníamos buscando por varias décadas y otra vez a las calles, no hay dinero para continuar. Un momento antes de sumar quiero decirles que le encontré por fin el sentido al estudio, justo antes de abandonar el ultimo centro de estudios por donde pase, quiero decirles que quiero agradecer a dos amigos que me ayudaron a encontrarle el camino a mi vida, se trata de una amiga profesora y de un amigo llamado libro, ya llevamos junto con el casi 2 años y podríamos decir que me falta poco para graduarme no tan solo de licenciado sino de doctor en “didáctica de autodidacta de la vida”, una gran profesión que así no mas no te entregan un cartón.
Bueno para ir con los años de entender los estudios han sido 20. Ahora quiero compartirles este juego de palabras de lo que significa para mí aquel amigo que no tuve, se los presento:

Mi libro
Ante todos me revelo;
y este coraje,
esta lucha,
esta amargura,
esta opresión,
es la que me llevo a un amigo,
y ese amigo, que callado me espera:
se llama libro.

Mi libro, me llama en el día y las noches,
ríe al momento de cogerlo,
llora cuando está solo,
se alegra cuando lo leo,
me abraza cuando le pregunto,
se molesta cuando me canso,
me busca para caminar,
me busca para soñar,
y me habla cuando me siento solo,
mi libro es el amigo que escucha
y me aconseja.
Referencia
[Fotografía de Marco Espinoza]. (Lima. 2015). Archivo fotográfico de la Revista La Chispa, Lima, Perú.



lunes, 15 de abril de 2019

CÉSAR VALLEJO HA MUERTO...


César Vallejo: “me moriré en París (…)”
Uno de los grandes pensadores que tuvo América y el Perú fue indiscutiblemente César Vallejo, una fecha como hoy, hace 81 años, moría el poeta peruano, no fue un día lunes como lo es hoy sino un viernes 15 de abril de 1938. Se cumple también 101 años desde que su primer libro de poemas: Los Heraldos Negros, ingresara a la imprenta. Vallejo va a pronosticar su muerte y lo diría en un escrito suyo titulado: Piedra blanca sobre una piedra negra, la revista virtual infobae, nos comenta algo sobre lo dicho:
El poeta había pronosticado su propia muerte en el soneto "Piedra blanca sobre piedra negra". El título alude a una tradición popular de Santiago de Chuco con alto contenido simbólico: colocar una piedra blanca sobre una negra en los entierros, y el poema contiene algunos de sus versos más citados:
"Me moriré en París con aguacero, / un día del cual tengo ya el recuerdo. Me moriré en París —y no me corro— /tal vez un jueves, como es hoy, de otoño"
El pronóstico tuvo un acierto parcial: Vallejo no murió un jueves sino un viernes de primavera, aunque era otoño en su Perú natal y seguramente aquella saudade del exiliado nunca lo abandonó, y sí llovía en París el día de su muerte. El poema pertenece a su libro póstumo "Poemas humanos", 76 poemas recogidos por Georgette, pertenecientes a la última etapa de la producción del poeta, que va de 1931 a 1937 y donde había abandonado el modernismo de la primera etapa, y la vanguardia surrealista, para volcarse a un estilo más llano, "que entendiera el pueblo", después de su "conversión" al marxismo. Estilo que también forja en el póstumo "España, aparta de mí ese cáliz", de 1931.
En una estrofa menos citada de aquel soneto, el poeta se queja de la falta de reconocimiento:
"César Vallejo ha muerto, le pegaban / todos sin que él les haga nada; / le daban duro con un palo y duro / también con una soga; son testigos / los días jueves y los huesos húmeros, / la soledad, la lluvia, los caminos…" (…) (Saidón, 2018)
Es sin lugar a duda para el Perú un gran escritor, sin embargo, pareciera que para el Estado no lo es así, fueron tantos años que este gran AMAUTA permaneciera fuera de sus tierras y que hasta la fecha todo ese gran legado se va dirigiendo a otros países y no al nuestro, una gran contradicción para valorar la literatura peruana, al respecto nos dice el Dr. José Lora Cam:
Vallejo es la palabra, el Verbo, el lenguaje, la voz, el grito desgarrado, el discurso poético, el constructo estético, de las masas que en cinco milenios carecieron de un interlocutor poético.
Vallejo rompe todos los moldes tanto en la forma como en el contenido, para crear por primera vez una poesía total y absolutamente desalienante, desmixtificadora, desmitificadora, en que lo terreno y lo supraterreno adquieren una materialidad, una objetividad, una concreción, liberada de todos los constructos mitológicos, teológicos, y exenta de las formas y contenidos del resto de poetas, cicunscritos a la expresión –con honrosas excepciones- vulgar, ingenua, ‘provinciana’, pueril, trivial, pesada, fongosa, lastimera, aburrida, folklórica, farragosa, cursi, dilettante, imitativa, especiosa, fatua, vacía, hueca, tonta, infantil, , ingenua, etc., construida de lugares comunes, de la perspectiva de la cotidianidad virginal, pura, inocente, en suma, de la mediocridad institucionalizada, hegemónica y monopólica de cinco milenios. (Lora, 2006, pp. 307-308)
            Son 81 años de tu partida mi gran maestro, hoy solo queda valorar tus escritos y compartirlo con los otros.
Referencia
Lora, J. (2006). Mitologías Universales y Latinoamericanas. Tercer Mundo: Lima, Perú.
Saidón, G. (2018). César Vallejo, el poeta que pronosticó su propia muerte. infobae. Recuperado de https://www.infobae.com/america/cultura-america/2018/04/15/cesar-vallejo-el-poeta-que-pronostico-su-propia-muerte/


martes, 9 de abril de 2019

Introducción al libro: Medicina y Capitalismo de Carlos Castillo Ríos


Queremos compartir con mucho entusiasmo la introducción del libro: Medicina y Capitalismo, realizada por el maestro Carlos Castillo Ríos, en el cual nos dice:

INTRODUCCIÓN
 
Reeditado por Marco EspinozaS.


                

        Todo país periférico apenas obtuvo su independencia política, lo que no implicaba necesariamente su independencia económica, se impuso un deber: realizar un esfuerzo extraordinario para que ninguno de sus pobladores se quede sin hospital ni escuela. Hospital y escuela han sido los anhelos prioritarios de todo país en formación. Escuela, que quiere decir educación, cultura, técnica y ciencia y hospital, que se considera sinónimo de salud. Cualquier opinión contraria a estos anhelos populares se considera aún ilógica y hasta antipatriótica.
            Los esfuerzos por la expansión de instituciones que dan educación y salud han sido y son todavía parte muy importante de los planes de desarrollo económico y social de los países dominados y dependientes. Constituyen algo así como elementos indispensables para lograr una victoria pacífica contra el atraso, la ignorancia y la enfermedad. Son como una nueva panacea capaz de poner remedio a los males de las comunidades signadas por la miseria y el atraso.
            ¿Son los hospitales, como las escuelas, mitos, tigres de papel, en la lucha de los pueblos por conseguir el bienestar de sus integrantes? ¿Son la medicina accidental y su sistema médico los que necesitan los países dependientes para prevenir la salud de sus pobladores? ¿Van por buen camino el desarrollo médico y las políticas de salud en los países de incipiente desarrollo? Estas son algunas de las respuestas que se van a esbozar en el presente trabajo.
Desde nuestro punto de vista no se trata de respetar a la medicina porque así lo quieren los defensores del orden establecido ni tampoco de faltarle el respeto como gustaría a los contestarios crónicos. No es la nuestra una posición negativa ni nos atrae el ejercicio de una antimedicina por el simple prurito de ir contra la corriente. Por eso no sólo nos interesa la forma como opera la práctica médica occidental en los países pauperizados sino también su fase simbólica, sus mitos, creencias y representaciones.
Es necesario enfatizar que vemos a la medicina como integrantes que somos de un conglomerado humano donde los niños mueren por infecciones y parásitos fácilmente controlables. Es teniendo en cuenta esta realidad, esta horrenda injusticia, que nos quedamos indiferentes frente a las hazañas de una medicina moderna capaz de hacer prodigiosos trasplantes de órganos vitales o eliminar tumores utilizando rayos lasser. Nosotros apreciamos los problemas de salud en su totalidad haciendo uso –en la medida de nuestras posibilidades- de los métodos que nos proporcionan las disciplinas sociales que, por encima del individuo, sitúan a la comunidad y a todos los hombres.
Nos interesa el saber médico como fuerza productiva y por eso intentamos realizar el análisis de la medicina tal como opera diariamente, con sus aciertos y contradicciones, en los países sometidos y dependientes. ¿Cómo procede esta medicina en Asia, África y América Latina? ¿Cuáles son sus relaciones con la medicina de Estados Unidos y Europa occidental? ¿Quiénes forman y bajo qué principio a los médicos de los países periféricos? ¿De qué manera la medicina está ligada a los objetivos económicos del sistema imperialista? ¿Cómo esta medicina se convierte en dolor y frustración de los hombres de los países dependientes y en dólares para los capitalistas de los países hegemónicos? Estas son también las interrogantes que pretendemos responder.
Es desde esta óptica que han sido escritas estas líneas. En su desarrollo nos hemos mantenido indiferentes a la apariencia empírica y al mundo de la superficie y más bien hemos tratado de orientar nuestra atención hacia las estructuras latentes y las relaciones visibles e invisibles de la medicina apreciada, en todo instante, como fenómeno social. Por eso, evitando caer en odiosas descripciones del objeto estudiado a nivel de sus relaciones explicitas e inmediatas, nos interesó más la esencia del problema que su apariencia. Quisimos ver de cerca la realidad médicosocial y descifrar la ideología inmersa en ella. En resumen, nuestra intención ha sido desenmascarar a la medicina – fetiche que se abstrae de las condiciones reales del lugar donde actúa. Pretendemos, entonces, ayudar a desmitificar a la medicina burguesa señalando sus características más saltantes y de ese modo, atacar al sistema en su costado más vulnerable.
No nos cabe duda que esta posición puede disgustar a muchas personas, pero no es para preocuparse. Partimos de la comprobación de un hecho irrefutable, vivimos respirando cultura, ciencia, técnica y moral burguesas. La ideología de la clase dominante nos envuelve, nos ingresa por los poros en cada programa de televisión, en cada comunicado oficial, en cada prédica de parroquia y en cada artículo de periódico. Vivimos, irremediablemente, en una atmosfera contaminada. En ese ambiente no resulta raro que la mayoría de personas no vea o no quiera reconocer algunas imágenes muy reales del capitalismo: mientras unos están deslumbrados por lo que el sistema dice ser, otros se asocian a sus “verdades” porque así les conviene.
Resulta, asimismo, que en la sociedad adscrita a los valores de la burguesía siempre se habla de la medicina como un valor. Nosotros le deseamos añadir un elemento más: su capacidad de crear, en una sociedad consagrada al lucro, valores materiales. Ya es tiempo de descubrirle el juego a la clase dominante que suele justificar sus atropellos y exacciones invirtiendo de signo a la realidad. Es hora también de realizar estudios para poner de relieve, mediante el análisis de las estructuras disimuladas, la relación de las partes con el todo y al revés. Por eso hemos trabajado con los conceptos de totalidad y estructura invisible.
También recordamos que en los problemas de salud de un pueblo las inversiones extranjeras ocupan un rango especial y fortalecen, en los países subsidiarios, la existencia de una clase nacional, una “burguesía dependiente”, a la que no son ajenos ciertos médicos, no todos. La penetración del capitalismo extranjero en los países del llamado Tercer Mundo se responsabiliza de diversas maneras y no sólo en forma de enclave. Por el contrario, en este siglo, se han acentuado las inversiones foráneas asociadas a capitales nativos dando lugar a que, en muchos países, algunos productos que sirven al quehacer médico pretenden ser industria nacional cuando en realidad son imperialismo puro y, por consiguiente, proceso que solamente sirve para desnacionalizar nuestra economía.
También es necesario hacer una aclaración: no es éste un trabajo académico ni un ejercicio intelectual. Estamos muy lejos de ofrecer un esfuerzo, por modesto que sea, para mantenernos en forma física o mental o para ser otro más en el mundillo de quienes publican sus ideas con móviles personalistas. Somos irremediablemente, ciudadanos de países explotados y dominados donde los conocimientos y la ciencia son desarrollados por una clase social como instrumento de lucha contra la otra. En estas circunstancias, tratamos de intervenir difundiendo algunas observaciones sobre las formas y modalidades que utiliza la medicina liberal para cumplir con el papel que le asigna el poder burgués.
De todo lo expuesto se puede deducir que el principal objetivo de este estudio es analizar la manera cómo los sistemas políticos y económicos de un país gravitan poderosamente en el saber, la técnica y la conducta de la medicina. Estamos, pues, ante un trabajo que versa sobre las relaciones del capitalismo con la medicina y no, particularmente sobre la personalidad de los médicos. Nuestra intención, como lo dijimos, es denunciar la forma cómo el sistema que convierte a la medicina en mercancía gravita en la salud de los hombres y nada más. Naturalmente, al tratar sobre asuntos relacionados con la medicina no hay forma de eludir referencias a médicos, farmacéuticos y enfermeras. Pero no se trata, en todo caso, de poner en el mismo costal a los médicos proletarizados, a los “benévolos y caritativos” y a quienes integran la oligarquía médica. Todo el contexto del libro es, por lo demás, de simpatía y aliento al grupo de profesionales o empíricos que, siendo víctimas del capitalismo, no caen dentro del sistema y lo combaten ejerciendo honestamente su profesión o su destreza o adhiriéndose a la lucha por la liberación de su pueblo. Por otra parte, las nuestras son generalizaciones inevitables en un estudio social que en nada tocan ni lesionan a personas: cuando se dice “la opulencia de los norteamericanos” o “la pobreza de los hindúes” nos referimos a tendencias generales y no vale entonces que nos digan que la afirmación es incierta porque se conoce a un norteamericano pobre o sea tratado con varios hindúes millonarios. De la misma manera, cuando se anotan características de los médicos o los abogados no quiere que el médico mengano o el abogado zutano tengan algunas y menos aún todas esas características juntas. Todo esto es obvio pero es necesario hacerlo explícito. En todo caso las alusiones que hacemos a los doctores que voluntariamente se han identificado con el capitalismo se basan, en este trabajo, casi siempre, en opiniones y testimonios que han pregonado los mismos médicos. Esa es la razón por la que el libro lleva tanta cita.
Sería absurdo pensar que, individualmente, los profesionales de la salud sean culpables del injusto sistema que rige en los países dominados. Es probable, más bien, que sean sus mayores víctimas, porque a la formación a todas luces conservadora que reciben, se agrega la persistente e interesada acción de los Visitadores Médicos que, por encargo de los laboratorios, tratan de convertirlos en distribuidores o agencias de ventas, generalmente sin comisión, de los fármacos que elaboran las trasnacionales.
Séanos permitido agradecer a muchos amigos que nos ayudaron a elaborar estas páginas. Citarlos haría una lista muy larga. Pero no podemos dejar de mencionar a Iván Illich por la oportunidad que nos diera de ingresar al cuestionamiento de la medicina invitándonos a su Seminario, en enero de 1975, en México. Nadie como él ha hecho el estudio sistemático y documentado sobre los efectos perniciosos del uso y abuso de la medicina moderna en provecho de la industria y no del ser humano. Muchas han sido las horas de discusión en torno a sus ideas e innumerables fueron también las enseñanzas que hemos recibido de quien es, sin lugar a dudas, el crítico más implacable de esta sociedad irracional que, en su camino a la sobreindustrialización, está arrasando con el hombre y su felicidad. Pero, así como entonces, seguimos creyendo que la medicalización de la vida, la institucionalización de la medicina imperialista, la colonización médica, el monopolio que ejercen los facultativos sobre la salud del hombre, las enfermedades iatrogénicas y el dolor, la frustración y la invalidez que promueve el médico en el deshumanizado ejercicio que hace de su profesión, no son características de la medicina general sino de la medicina capitalista en especial. Con esta afirmación expresamos, al mismo tiempo, nuestro voto a favor de una medicina comunitaria que constituye, nos parece, objetivo por el que vale luchar. Pensamos, por otra parte, que es verdad que la automedicación y el menor acceso de los pobres al actual sistema sanitario sería muy positivo –tal como sostiene Illich- pero sería mucho mejor ir al fondo del asunto: el derrocamiento del sistema burgués y su sustitución por el socialismo. Y de eso, precisamente, se trata.
Este libro se basa, precisamente, en dos fuentes: consultas bibliográficas y entrevistas personales con médicos de diferentes países de América Latina. Como se edita en el Perú, en el momento en que cien ciudadanos están elaborando una nueva Constitución del Estado, ponemos la bibliografía reunida a disposición de los constituyentes para que no cometan el error –que sería históricamente imperdonable- de dejar de poner límite a la explotación profesional ejercida por unos cuantos médicos encumbrados, como el resto del pueblo, de postergaciones injustas. (Castillo, 1979, pp. 9-14)
Referencia
Castillo, C. (1979). Medicina y Capitalismo. Realidad Nacional. Lima, Perú.
[Fotografía de Marco Espinoza]. (Lima. 2019). Archivo fotográfico de la Revista La Chispa. Lima, Perú.





viernes, 5 de abril de 2019

La Anarquía, escrita por Manuel Gonzales Prada


Presentamos a continuación un extracto del libro: Anarquía, escrito por uno de los cuatro grandes pensadores que tuvo América y el Perú, Manuel Gonzales Prada, el cual dice:
LA ANARQUÍA
Reeditado por Marco EspinozaS.

                

 Si a una persona seria le interrogamos qué entiende por Anarquía, nos dirá, como absolviendo la pregunta de un catecismo: “Anarquía es la dislocación social, el estado de guerra permanente, el regreso del hombre a la barbarie primitiva”. Llamará también al anarquista un enemigo jurado de vida y propiedad ajenas, un energúmeno acometido de fobia universal y destructiva, una especie de felino extraviado en el corazón de las ciudades. Para muchas gentes, el anarquista resume sus ideales en hacer el mal por el gusto de hacerle.
            No solamente las personas serias y poco instruidas tienen ese modo infantil de ver las cosas: hombres ilustrados, que en otras materias discurren con lucidez y mesura, desbarran lastimosamente al hablar de anarquismo y anarquistas.  Siguen a los padres cuando trataban de herejías y herejes. Lombroso y Lebon recuerdan a Tertuliano y San Jerónimo. El autor de EL HOMBRE CRIMINAL ¿no llegó hasta insinuar que los anarquistas fueron entregados a las muchedumbres, quiere decir, sometidos a la ley Linch? Hay. Pues, sus Torquemadas laicos, tan feroces y terribles como los sacerdotes.
            (…) Anarquía y anarquista encierran lo contrario de lo que pretenden sus detractores. El ideal anárquico se pudiera resumir en dos líneas: la libertad ilimitada y el mayor bienestar del Estado y la prosperidad individual. Si ha de censurarse algo al anarquista, censúresele su optimismo y la confianza en la bondad ingénita del hombre. El anarquista, ensanchando la idea cristiana, mira en cada hombre un hermano; pero no un hermano inferior y desvalido a quien otorga caridad, sino un hermano igual a quien debe justicia, protección y defensa. Rechaza la caridad como una falsificación hipócrita de la justicia, como una ironía sangrienta, como el don ínfimo y vejatorio del usurpador al usurpado. No admite soberanía de ninguna especie ni bajo ninguna forma, sin excluir la más absurda de todas: la del pueblo. Niega leyes, religiones y nacionalidades, para reconocer una sola potestad: el individuo. Tan esclavo es el sometido a la voluntad de un rey o de un pontífice, como el enfeudado a la turbamulta de los plebiscitos o a la mayoría de los parlamentos. Autoridad implica abuso, obediencia denuncia abyección, que el hombre verdaderamente emancipado no ambiciona el dominio sobre sus iguales ni acepta más autoridad que la de uno mismo sobre uno mismo (…). (Gonzales, 1948, pp. 11-12)
Referencias
Gonzales, P. M. (1948). Anarquía. PTCM. Lima, Perú.
[Fotografía de Marco Espinoza]. (Lima. 2019). Archivo fotográfico de la Revista La Chispa. Extraído de la Biblioteca Nacional del Perú. Lima, Perú.

jueves, 4 de abril de 2019

LA MANIPULACIÓN EN LAS CIENCIAS SOCIALES Y EL PAPEL DEL POSITIVISMO


La Historia del Perú, escrita en varios libros, no es la verdadera historia que ha transcurrido en cientos de años, primero nos dijeron que la invasión de unos vagos españoles nos había traído el progreso, segundo nos dijeron que la llamada “independencia” había sido gracias a San Martin, tercero nos mencionaron que en el gobierno del expresidente Alberto Fujimori no nos habían robado y que al contrario ellos habían luchado contra la erradicación de las drogas, lo cual era falso, entre otros temas que fueron adulterados para conservar sus interés personales y las de un sector llamado Confiep y también para la burguesía imperialista. Para darle un marco teórico consistente citamos un texto de una entrevista que le hiciera el Dr. en filosofía: José Lora Cam al educador, antropólogo y arqueólogo: Luis Lumbreras, el cual nos dice:
LA MANIPULACIÓN EN LAS CIENCIAS SOCIALES Y EL PAPEL DEL POSITIVISMO
¿Usted cree que la historia se utiliza directamente como un elemento “teórico” para manipular? Me explico. He constatado casos como el de Flores Galindo: él anota que Mariátegui es místico. Pero hemos revisado los textos y vemos que Mariátegui es ateo. Él tiene tres textos donde señala que la biblia está constituida por mitos y otro donde indica que Jesucristo ha sido un mito. Pero el caso de Heraclio Bonilla me parece más grave pues sostiene que la independencia se dio gracias a Bolívar y San Martin y excluye toda la lucha de clases desde el mismo momento de la resistencia. En el problema de la guerra con Chile indica que Inglaterra no tuvo nada que hacer en este conflicto. Otro caso es el de Rodrigo Montoya, quien pretende demostrar que hay modo de producción capitalista a partir de la existencia del transporte de ganado vacuno desde algunas provincias altas de la costa y, según parece, en base a sus archivos de hacienda. Creo que esto es el extremo de la puerilidad pues llevar vacas o carneros no va a generar un modo de producción. No entiende ni lo que es modo de producción. Por otro lado, en su trabajo “Capitalismo y no capitalismo”, Montoya dice que se opone al estructuralismo pero más abajo afirma que está de acuerdo con Althusser. O sea, el “infierno” de este tipo de intelectuales. Al respecto, ¿qué piensa de la manipulación en general de las Ciencias Sociales? (Lumbreras y Lora, 1994, p. 5)
Referencia
Lumbreras, L. y Lora, J. (1994). Somos subdesarrollados no solo frente al capitalismo avanzado sino, también, frente al Tahuantinsuyo”. COMUL. Lima, Perú.
[Fotografia de Marco Espinoza]. (Lima. 2019). Archivo de la Biblioteca Nacional del Perú. Lima, Perú.