El niño y la lectura
Escribe Kenneth Delgado
Reeditado por Marco EspinozaS
Albert Einstein decía que el 60% de la enseñanza impartida en la escuela no sirve para nada y que si solo se enseñara a leer, pensar, y hablar se habría dado un paso muy importante en la formación positiva del hombre. Esto lo dijo criticando la educación enciclopedista de su tiempo, orientada solamente a la acumulación de datos y no al inteligente manejo de los mismos.
¿Qué leemos y cuánto tiempo dedicamos a la lectura? Según una encuesta citada por Danilo Sánchez, en su reciente publicación “Literatura Infantil, magia y realidad”, el peruano medio solo lee un libro cada dos años mientras que el europeo lee uno cada dos meses además de 14 periódicos y tres revistas. Evidentemente que el hábito por la lectura se genera desde la niñez, pero ello no es posible sin bibliotecas infantiles ni publicaciones para niños.
La falta de hábito se refuerza con las tediosas clases de lenguaje y literatura en los colegios, dando mayor importancia a los datos bibliográficos y una lista de las obras principales de cada autor, reduciendo los textos mismos a una mínima expresión (uno o dos páginas), a veces el profesor “explica” la obra literaria en vez de poner al niño o adolescente en contacto con lo que dice el autor, sin intermediación.
Se afirma que en nuestro medio la televisión y la radio reducen el interés por la lectura en tanto que el número de televisores funcionando en los países altamente industrializados parece haber llegado a una saturación entre 250 y 400 aparatos por cada mil habitantes con un crecimiento que no sobrepasa el 3% por año. De otro lado, la lectura de textos impresos ha continuado aumentando, se publicaron tres veces más títulos de libros en 1980 que en 1950 y se imprimían cuatro veces más ejemplares.
Elaborar libros para niños y alentar su expresividad desde antes que sepan leer y escribir, son cuestiones claves para desarrollar el sentido estético y la habilidad de “jugar” también con la palabra. Y es que el niño se hace sensible a la palabra desde que balbucea y continua cuando comienza a redactar textos breves a partir de sus propias vivencias, pero esta sensibilidad literaria puede ser menoscabada cuando se le exige después que “aprenda” literatura en vez de asumirla en términos formativos.
Cuando el niño goza con la lectura se vuelve asiduo lector y va desarrollando su capacidad de observación, análisis, imaginación, sensibilidad y, sobre todo, mejora su habilidad expresiva. No debemos relacionar literatura solo con escolaridad, también es posible y necesaria la literatura oral entre niños menores de seis años, rescatando nuestra tradición oral. De ahí también la necesidad de vincular folklore y literatura infantil, ya que el hecho folklórico es la supervivencia de una etapa histórica distinta, que encierra autenticidad y posibilidades de recreación de los valores ancestrales de un pueblo, en la misma medida es justo afirmar que el niño es padre del hombre desde que el mito y la fábula corresponden a los albores de la humanidad y a la infancia. Esa identidad entre niñez y arte popular que se vertebra en la oralidad del folklore literario, es el punto de encuentro con nuestras raíces andinas, en la misma medida en que, por ejemplo, los cuentos de los hermanos Grimm son expresiones del folklore alemán.
Estas reflexiones y otras relacionadas a la lectura, bibliotecas infantiles, literatura infantil en el Perú, historietas y problemática de los autores de literatura infantil, son abordados por Danilo Sánchez Libón en su libro “Literatura Infantil, magia y realidad”, obra que deben leer todos los educadores, padres de familia y personas interesadas en el niño peruano.
El libro contiene anexos muy importantes sobre eventos de literatura infantil, talleres y centros de creatividad, grupos de teatro para niños, teatro de títeres, etc. que ofrecen una visión actualizada sobre literatura y arte para niños en el Perú. (Delgado, 1986, p. 12).
Referencias
Delgado Kenneth. (17 de mayo de 1986). El niño y la lectura. La República, p. 12.
[Fotografía de Marco Espinoza]. (Lima. 2020). Archivo de la Revista La Chispa. Extraído de la Hemeroteca de la Biblioteca Nacional del Perú: Lima, Perú.
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