La cultura en Huánuco
Escribe Carlos Castillo Ríos
Reeditado por Marco EspinozaS.
Con excesiva frecuencia nos solemos olvidar de las provincias. Pensamos equivocadamente, que Lima es el Perú y relegamos a quienes, desde el interior de la república, están luchando y haciendo peruanidad desde sus cooperativas, universidades, instituciones culturales y vida cotidiana.
Hace poco visité Huánuco y quedé asombrado: los prejuicios solían afirmar que era el departamento más lento e indiferente del país. La maledicencia la signaba, por razones ajenas a su poblador y más bien vinculadas al narcotráfico, como la “Ciudad blanca” del Perú a la inversa de Arequipa señalada como la “Blanca-ciudad” por sus nieves perpetuas alrededor de sus volcanes. Y nada de aquello que se relaciona a Huánuco es confirmado por los hechos. Ese departamento sigue siendo, como lo expresara Esteban Pavletich, “el nexo, la confluencia, el nudo de unión entre dos de las más bastas y prolíficas regiones peruanas: la sierra y la selva”. Y, además, es un centro de expansión cultural donde huanuqueños y foráneos buscan afanosamente dejar huellas de su paso a través de expresiones concretas de producción de bienes y servicios materiales y culturales.
El caso es que Huánuco acaba de ser sede del II Encuentro Nacional de Comités de Educación de las Cooperativas del Perú. En esa misma semana en la Universidad Nacional “Hermilio Valdizán” la promoción de educadores “Augusto Salazar Bondy” llevaba a efecto la Primera Conferencia Departamental sobre “Avances de la Educación Peruana y sus Perspectivas”. Por su parte, en ese lapso, la Universidad Privada “Víctor Andrés Belaunde” proponía a los poderes públicos la apertura de investigaciones y proyectos que nada tienen que hacer con las consabidas “fabricas de profesionales” y que más bien están comprometidos con el desarrollo económico y la defensa de la ecología de la región.
Pero eso no es todo: la Municipalidad reúne la bibliografía existente de temas huanuqueños y las publicaciones hechas en la región y fuera de ella por artistas e intelectuales del lugar. Un grupo de estudiosos, por su parte, se reúne y bajo el apelativo de “problemática” se constituye en movimiento de unidad y critica que se lanza a estudiar la realidad social de la región, incentivar y promover la creación cultural, publicar documentos científicos, realizar programas de promoción social y desarrollar el instrumental de análisis científico que Huánuco requiere.
Los jóvenes no están al margen de este renacimiento cultural. Al contrario: en una hermosa publicación de arte, cultura e ideas, denominada CAUCE dejan escuchar su voz: “Ya no es tiempo de seguir callando. / Es tiempo de ahogar este silencio que/ acabará marcándonos. / Pero hablar por hablar es tan absurdo/ como vivir por vivir. / En esas circunstancias, / enarbolar la palabra es una necesidad y una obligación. / ¡Hagámoslo!”.
Más allá, en Tomayquichua, un alemán incorporado e identificado al espíritu de este nuevo Huánuco que empieza a levantarse, ensaya reestrenar viejas prácticas agropecuarias que respeten la ecología del lugar como antes cuando Huánuco era, dice, un paraíso verde que la invasión española deterioró impunemente.
Y no sólo eso: también se edita “VOZ POPULAR”, un periódico que ya lo quisieran muchos departamentos por el respeto a los Derechos Humanos que pone en práctica y la defensa cálida, valiente y certera, que hace de los intereses populares.
Bien, pues, por Enrique Coleman, Víctor Domínguez Condezo, Luis Alberto Sánchez C., Andrés Cloud Cortés, Alejandro Rubina López, Armando Ruíz Vásquez, Manuel Israel, José David Pachas, Luis Mozombita, Armando Cardich Ampudia, Mardonio Apac y tanta gente que hace por Huánuco lo que no supimos hacer los mayores. Y que, por eso mismo, se lo agradecemos de veras. (Castillo, 1985, p. 12)
Referencias
Castillo Ríos, C. (05 de noviembre de 1985). La cultura en Huánuco. La República, p. 12.
[Fotografía de Marco Espinoza]. (Huánuco. 2021). Archivo fotográfico de la Revista La Chispa, Lima, Perú.
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