Los maestros en su lucha
Escribe Carlos Castillo Ríos
Reeditado por Marco EspinozaS
I
Los niños salen del monte, el barrio residencial o el arenal para ir a la escuela. Allá aprenden que hay un mundo más allá de su casa y en su interior muchas personas semejantes a ellos y con quienes se debe compartir amistad, congoja y alegrías. La escuela es el hogar grande, ajeno pero propio, hecho a la medida del mundo infantil donde también se aprende a vivir ayudándose unos a otros como si todos fuéramos hermanos.
En toda escuela espera a los alumnos un educador, hombre o mujer. Es una persona especial que en un mundo donde todos nacen para acumular dinero o poder, se fue contra la corriente y puso su esfuerzo juvenil y su talento para ser “maestro”. Es decir, hombre pobre y sencillo peatón, pero útil a niños y adolescentes que no son sus hijos. No pensó jamás en ser doctor o ingeniero: le bastó destinar más de cuatro años de estudios para aprender qué hacer si sus alumnos son inseguros, cómo transmitirles respeto a sus padres y de qué manera convertirlos en seres útiles a sí mismo y a la sociedad. Todo esto es un lugar común elaborado con frases manidas y ya viejas pero que, sin embargo, no pierden su vigencia.
Será por eso que ninguna persona bien nacida olvida a sus maestros. Y recuerda, emocionado, la primera lección, los juegos iniciales, el patio de recreo y el salón de clases. Las frustraciones, los goces y las angustias que son parte de eso que los académicos llaman “periodo de socialización”. Y rememora, nítida y efusivamente, la presencia calurosa del profesor o la señorita que le ayudó a transitar, como en un barquito de papel, por ese espacio donde se echó a andar, hace muchos años, su humilde, pequeña y sin embargo hermosa condición humana.
II
Esos maestros piden, ahora, salarios más justos. apelan a los ofrecimientos oficiales tantas veces escuchados por la radio y la televisión: “el Perú para todos los peruanos”; “la democracia empieza por los más pobres”; etc.
Los respalda, además, los siguientes hechos:
1. Si la canasta familiar en marzo de este año llegaba a los 5,850 intis, según el mismo gobierno, mal se puede pagar a los profesionales de la enseñanza un promedio de 1,415 intis.
2. Se aduce para pagar a los maestros sus justas aspiraciones que “el gobierno atraviesa por su peor crisis de su historia”. ¿Cómo conciliar esta afirmación con los aumentos realizados por el Estado a los más altos burócratas en proporción que llegó hasta el 500 %, es decir cinco veces más de lo que venían percibiendo y que en muchos casos supere los 20 millones de soles?
III
Lo demás lo dice Albert Camus en “El Estado de sitio” cuando contrapone el lenguaje de la necesidad que apremia y la del terco y obstinado vocabulario oficial que, hablando el mismo idioma, se acerca al silencio, la farsa y la demagogia. Transcribo:
El profesor: “Justicia es que los niños coman lo que tienen ganas y no sientan frío.
Justicia es que mis pequeños vivan. Los eché al mundo en una tierra de alegría. El mar brindo el agua de su bautismo. No necesitan otras riquezas. No pido para ellos nada más que el pan de cada día y el sueño de los pobres. No es nada y sin embargo eso es lo que negáis. Y si negáis a los desventurados el pan, no hay lujo ni hermosas palabras, ni promesas misteriosas que os otorguen el perdón jamás”.
El gobierno: “Optad por vivir de rodillas antes que morir de pie, a fin de que el universo encuentre su orden medido con la escuadra de las potencias, con partido entre los muertos tranquilos y las hormigas en adelante bien educadas, paraíso puritano privado de praderas y de pan, donde circulan ángeles policías de alas mayúsculas entre bienaventurados hartos de papel y de formulas nutritivas, de rodillas ante el condecorado dios destructor de todas las cosas y decididamente consagrado a disipar los antiguos delirios de un mundo demasiado delicioso”.
Aquel orden que alude a Camus, es el burgués. (Castillo, 1986, p. 25)
Referencias
Castillo Ríos, C. (16 de mayo de 1986). Los maestros en su lucha. La República, p. 25.
[Fotografía de Marco Espinoza]. (Lima. 2023). Archivo fotográfico de la Revista La Chispa, imágenes extraídas. Lima, Perú.
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