Dialoguemos, sobre el trabajador peruano
y el salario Veneco
Espinoza Saldaña, Marco A.
Este dialogo está enmarcado en el artículo del maestro
Mario Portocarrero, titulado: “El salario Veneco”, publicado en las redes
sociales, el 12 de mayo de 2018, el cual me ha llamado a un interés y a una
gran reflexión. En el transcurrir de los meses y por diferentes lugares del
país hemos también conversado con algunos hermanos venezolanos y nos ha llamado
la atención la gran acogida que han tenido en diferentes puestos de trabajo. Aquí
deseo plantear una pregunta: ¿A qué se debe esto?, más adelante esperemos resolver
esta polémica. Cuando uno camina por el Centro de Lima, observa a muchos
migrantes, cuando uno llega a un Centro Poblado o Pueblo Joven de los conos de
la ciudad, por ejemplo Comas, observa a centenares de hermanos venezolanos
vendiendo algún producto comestible, de igual forma cuando uno llega a
provincia y desea hospedarse en un hotel, ahí también encontramos venezolanos, al
indagar sobre esto, me atreví a realizarle algunas preguntas al dueño del
alojamiento, una de ellas, fue: ¿Por qué prefiere tener trabajadores venezolanos
que trabajadores peruanos?, al respecto me respondió: “mira a ellos, solo les
pago la suma de S/. 800.00 y nada más, en cambio el peruano quiere beneficios
sociales, ellos -los migrantes- son mas económicos”, esta respuesta enlaza al articulo
escrito por el profesor de filosofía, Mario Portocarrero donde nos indica lo
siguiente:
El salario Veneco es el salario miserable,
abusivo que se paga hoy, en medio de la informalidad, en un país donde el
neoliberalismo ha logrado la precarización del derecho a la remuneración justa.
Si ya antes de la ola migratoria el salario de los pulpines era miserable, ahora es peor.
En un país en el que el SINDICALISMO, los derechos del trabajador, son cuestiones románticas del pasado. (Portocarrero, 2018)
Si ya antes de la ola migratoria el salario de los pulpines era miserable, ahora es peor.
En un país en el que el SINDICALISMO, los derechos del trabajador, son cuestiones románticas del pasado. (Portocarrero, 2018)
Vivimos en un país donde la clase pudiente se enriquece aun
acuesta de la clase pobre, mientras el rico incrementa sus ahorros, el pobre o
la gente de escasos recursos ve incrementar no sus ahorros sino las deudas,
esto producto del hambre y la miseria, producto de las desigualdades sociales y
de la indiferencia del otro. El empleado, obrero o trabajador solo tiene en
mente sobrevivir, mientras los de la clase pudiente tiene en mente: viajar,
comprarse objetos de valor, estudiar y sobre todo cuidar su patrimonio familiar,
este último a cuesta del sufrimiento del otro, sin importarle en nada los
valores y principios éticos de la humanidad.
En el Perú de hoy no se respetan los derechos laborales, no
hay por parte del Estado una fiscalización laboral ni mucho menos un interés
por el trabajador, es lamentable decir pero aquí subsiste el mas valiente, en
el sentido de aquel que soporta las crueldades del empleador, del jefe o
patrón, de aquella persona que tiene que agachar la cabeza cada vez que hay
injusticias, -si reclama será visto como una amenaza dentro de ese trabajo-, además
en casa le esperan otros que necesitan alimentarse, eso gracias al mísero
sueldo que recibe producto de 8 o 12 horas de jornada laboral. A todo esto, se
suma la indiferencia de la sociedad que vive su propio problema, es decir en el
transcurso de los años se ha cortado de raíz toda forma de reciprocidad, toda
forma de solidaridad, toda forma de altruismo y en vez de todo lo mencionado se
ha implantado un sistema individualista, que lo único que busca es que la
sociedad no despierte de su letargo y así estos no pudieran producir cambios drásticos
que tal vez pudieran desestabilizar o afectar a la clase alta o burguesa. Para que
exista todo eso sea implantado un sistema capitalista, transformado en un sistema
neoliberal, de libre mercado, donde la clase mas golpeada son los pobres. Ante esto
hay un sin numero de hechos que llevan a tener una sociedad sumisa, tenemos,
por ejemplo: los medios de comunicación, tanto la radio, la prensa y la televisión,
juegan un papel muy importante para los intereses del sector empresarial,
tenemos una televisión que solo embrutece a nuestros hermanos, a nuestros hijos
y a nuestros padres, tenemos una sociedad alienada, consumidora, discriminante
y otro sector encadenado a los ya mencionados, el cual es la Educación.
En cuanto al papel que juegan los medios de comunicación y
la economía de un país, nos dice el catedrático y exsenador Carlos Malpica
(2014), lo siguiente:
El
sistema empleado por el imperialismo yanqui para controlar el país se asemeja
en mucho al proceso de penetración del bacilo de Hansen. Al principio no
produce ningún malestar, no se le siente por trastornos internos ni externos. Pasados
algunos años el enfermo empieza a perder la sensibilidad: no siente el frio, el
calor, la suavidad o la aspereza, pues todo su sistema nervioso ha sido atacado.
El imperialismo después de haberse establecido, mediante el control de algunas
empresas, extiende sus tentáculos al sistema nervioso de la nación: los medios
de comunicación de masas.
Una
vez insensibilizado el organismo, el bacilo ataca la piel y los músculos. Asimismo,
una vez controlados los diarios, revistas, cadenas de radios y televisión,
ciudadanos y empresas yanquis se apoderan de los sectores más importantes de
nuestra economía sin permitirse dejar escuchar la protesta ciudadana. (p. 133)
Hemos llegado a la base de nuestros problemas, mientras
seamos una sociedad sin una educación en valores éticos y morales no podemos
hablar de una sociedad que pueda respetar al otro, seguiremos viendo mas
asaltos, mas drogas, delincuencia, prostitución, entre otros, porque de la actual
educación nacen hoy todos estos males, es decir no podemos juzgar al niño que
roba a los 9 años para poder comer, no podemos juzgar al adolescente que a sus
14 años tiene que asaltar una joyería para poder cubrir los gastos de sus
hermanos enfermos, no podemos juzgar al joven que presta su cuerpo para llevar
un cargamento de droga, si este lo hace para poder sobrevivir, para que no
pueda morir de hambre, de las enfermedades que ataca al ser humano mal nutrido,
no podemos juzgar sin ver lo que sucede a nuestro alrededor, somos una sociedad
discriminadora, arrastramos rasgos coloniales, nos creemos gringos siendo
andinos, pero todo esto tiene consecuencia de una política de Estado, mientras
cada sector no cumpla con sus funciones seguiremos hablando de más asesinatos,
violaciones y suicidios.
Hoy en día son pocos los que llegan a culminar sus estudios
superiores y si lo hacen solo han sido formados para ser “pechos fríos”, es
decir, un profesional adiestrado a trabajar mecánicamente, robotizado, sin dar
su punto de vista, aceptando todo lo que le digan y aplaudiendo la corrupción que
pueda observar o ser parte de ella, es que también el sistema neoliberal ha
implantado una línea de tiempo en las universidades o institutos privados,
mejor dicho a adormecido la mirada critica de los profesores cambiándoles por
otros, hoy el profesor o catedrático ya no se preocupa por exigir un pago justo
sino el de obtener grados, el cual le permitirá ganar mas dinero y obtener un
poco de poder. No hay una investigación científica que permita a la sociedad
seguir avanzando, lo que hay es un individualismo académico que busca saciar
sus propios intereses. Para que todo esto lo haya conseguido el sistema
capitalista ha tenido que acabar con muchas vidas y con muchos siglos de
estudios.
Es
importante advertir que los administradores de las universidades han aplicado
las políticas educativas neoliberales para transformarlas radicalmente,
incluyendo la subversión de las tareas clásicas y básicas de docencia, investigación
y difusión de la cultura. Incipientes, redes de adiestramiento virtual vía teleeducación
y tele-información, el comercio de los postgrados e inclusive el gasto en
educación y la correspondiente elitización, alimentan la fantasía de percibir
que ese es el saber mismo, agregado de nuevos ingredientes sociales que
potencian esas creencias: la exclusión y procesos de selección tomados de modelos
norteamericanos. Se articula así una cultura académica individualista y
comercial cuyo eje es el adiestramiento acompañado de conceptos tales como
productividad, competitividad, calidad, excelencia y evaluación, que estimulan
el egoísmo, atentando contra la colaboración académica y el trabajo colectivo, afectando
directamente a la construcción de conocimientos científicos y tecnológicos y
las posibilidades de innovación aplicada.
Además,
estas políticas señalan claramente que el dispositivo central de poder es el
factor económico; por tanto, se pretende que los sistemas universitarios
lleguen a estar determinados por las fuerzas por las fuerzas del mercado y sean
controlados tecnocráticamente, degradando la educación a niveles de
conocimiento sub primarios en la ciencia, la técnica y la cultura. Bajo estos parámetros
la investigación y el desarrollo teórico casi han desaparecido, siendo
reemplazados por el aprendizaje de tecnologías. (Lora, 2009, pp. 14-15)
Para concluir, hace algunos días, en un almuerzo entre
amigos, una madre de familia nos decía: “acabo de observar a varios venezolanos
vendiendo empanadas, pobrecitos no tienen nada que comer”, de repente un amigo
le responde: señora usted sabe que esos venezolanos que han llegado a nuestro país
ya tienen estudios técnicos otorgados gratuitamente por el gobierno de
Venezuela”, -entonces la señora solo atino a realizar un gesto de conformidad-,
sin embargo, también quise acotar algo: mientras ellos tienen ya un estudio académico
reconocido de tres años, aquí en el Perú, muchos ni termínanos la secundaria,
otros ni la primaria y si deseamos seguir estudios superiores, eso nos cuesta
una fortuna. Al respecto quisiera opinar que no todos los venezolanos han
venido a solidarizarse con el hermanos país de Perú, sino que muchos de ellos, -no
estoy diciendo todos-, buscan intereses políticos ordenados por el sistema
capitalista, mientras otro grupo ha venido a formar parte del Perú, sin
engallarse a sí mismos ni a los demás, sin lugar a duda un tema muy polémico, esto
de las nacionalidades, más sí que nuestro país no existe una identidad nacional
ni mucho menos una identidad cultural, preferimos lo extranjero antes de
nuestros propios hermanos. Al respecto Portocarrero (2018), menciona:
Por otra parte, no sabemos el
monto total recaudado por el salario Veneco.
Pero descontando el sustento mínimo el porcentaje de dinero convertido en dólares o no que va a Venezuela, no regresa a nuestro Mercado. Quisiera saber el juicio de los economistas. - ¿cómo repercute esto en nuestro país?
Pero descontando el sustento mínimo el porcentaje de dinero convertido en dólares o no que va a Venezuela, no regresa a nuestro Mercado. Quisiera saber el juicio de los economistas. - ¿cómo repercute esto en nuestro país?
Que
hay desajustes que llegan a las arcas del estado, es notorio.
.- Prosperará la política de subir impuestos?
.- Prosperará la política de subir impuestos?
Lo mismo
me preguntaba, ¿cómo repercute económicamente la llegada de miles de venezolanos
a nuestro país?, la respuesta está en la investigación que tendríamos que hacer
para poder seguir con este análisis.
Cambiemos
nuestra educación y cambiaran nuestra forma de vivir, seamos mas altruistas y
valoremos nuestra historia, solo así pasaremos del ocaso al alba.
Referencia.
Portocarrero, M. (12 de mayo de 2018).
El salario Veneco. Recuperado de
https://www.facebook.com/mario.portocarrero.3/posts/10156652364328322
Malpica,
C. (2014). Los Dueños del Perú. Lima, Perú: Ediciones Nova Print S.A.C.
Lora,
J. (2009). La Universidad en la era del neoliberalismo. Lima, Perú. Fondo
editorial de la Universidad de Ciencias y Humanidades
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