Presentamos un artículo diferente sobre el maestro y periodista, Carlos Castillo Ríos, en esta oportunidad transcribimos el prólogo del libro: “Filosofía de la Educación”, escrita por el Doctor en Filosofía: José Franklin Winston Lora Cam, el cual dice:
PROLOGO
CARLOS CASTILLO RÍOS
Mayo, 1983
Reeditado por Marco EspinozaS.
Este es
libro especial por varias razones: sucede que se presenta con un título que,
justificadamente, no suele tener favorable acogida por parte de maestros y
profesores. No hay que olvidar que los profesionales de la educación son,
generalmente, personas sencillas que por vocación social más que por otras
consideraciones, escogieron como actividad la docencia. Y cuantas veces se les
hablo o enseño Filosofía de la Educación se enfrentaron a un profesor de basta formación
académica que en vez de analizar el fenómeno educativo en su esencia, para después
determinar sus relaciones con la vida terrena concreta, la “vida temporal” como se dice en las universidades católicas,
prefirieron lucirse personalmente haciendo gala de palabras técnicas, conceptos
abstractos y razonamientos oscuros que, en realidad, desestiman la existencia
real de los peruanos.
Algo parecido
les pasa con los textos de Filosofía de la Educación que circulan en los medios
pedagógicos y universitarios. Más parece que dicha materia habría sido creada para
abandonar la tierra y sus problemas así como para evadirse, con alguna
facilidad, hacia espacios siderales. Resulta que los filósofos de la educación
convencionales, en sus libros, suelen comenzar tratando de definir el proceso
de la educación y en este intento logran llenar cientos de páginas a veces
interesantes y otras no, pero siempre –o casi siempre- estériles. Después acostumbran
resumir y a veces interpretar el pensamiento de cuanto autor occidental existe
para, al final del compendio, concluir la exposición de asuntos tales como la
autoridad, la ciencia, el arte o la política, siempre en abstracto. Lo peor del
caso es que el lector suele transitar por ese camino arrastrando su impaciencia
hasta el final, para terminar aún con más dudas e inquietudes. Su esperanza no
muere hasta llegar al punto final de engendro literario.
Creo que
nada de esto sucederá con quien lea este libro y ese es, su mayor mérito. Por eso
precisamente, se trata de un valioso aporte que además de disipar interrogantes
y esclarecer conceptos sobre educación, fácilmente se continuará en una especie
de guía ideológica de fácil y recomendable lectura aún para personas no
iniciadas. Da la impresión que su autor, que seguramente siempre pensó en la educación
en el Perú, se hubiese propuesto facilitar el camino a profesores, alumnos y
padres de familia, para introducirles, casi sin preámbulos, a la posible y
verdadera localización del proceso educativo en el Perú, aquí y en este momento
de su historia.
Esta forma
de hacer filosofía de la educación, tomando partido, definiéndose políticamente,
es nueva en el país. Desde siempre la educación del Perú, que jamás fue, en
realidad, peruana, fue orientada hacia las canteras del más acendrado idealismo
por parte de los profesionales que han reflexionado sobre la educación a través
de nuestra vida republicana. Hay honrosas excepciones, naturalmente, pero
siempre son más quienes terminaron, de una u otra manera, adhiriéndose a
nociones metafísicas cuando no declaradamente reaccionarias. Y lo hicieron
siempre desde arriba y dentro de un cúmulo de abstracciones no siempre
inteligibles para la gente sencilla que participa en el proceso educativo
nacional.
Estamos,
pues, ante un libro que es la excepción que confirma la regla. Su autor,
seguramente hastiado de esta manera de burlar las expectativas de los
practicantes de la educación formal, ha querido eliminar esta deficiencia
estudiando el proceso educativo abierta y claramente, y orientando su preocupación
hacia los problemas educativos más urgentes. Por eso en su exposición llega,
inclusive, a realizar un análisis de los contenidos que ahora se usa en los
centros educativos proponiendo modificaciones y cambios con muchos de los
cuales no es necesario estar de acuerdo en su totalidad pero que no deben ser, de
ninguna manera, ignorados ni desestimados. Postula el autor, como se verá,
cambios fundamentales en la enseñanza de la Historia, Economía Política,
Geografía, Psicología, Filosofía, Educación Cívica, Literatura, Lenguaje,
Matemáticas, Física, Química y Biología. Y, hacer realidad una educación que
satisfaga las necesidades e inquietudes más sentidas del pueblo del Perú.
Esta es,
por eso, una forma de reivindicar a la Filosofía de la Educación y sacarla de
las vitrinas académicas para utilizarla como instrumento para modificar la
sociedad. No podía ser de otra manera ya que su autor, siendo un distinguido y
reconocido filósofo es, sobre todo, un luchador social con todo lo arriesgado y
extraordinario que dicha función conlleva en estos momentos dramáticos que vive
el país. De manera que su praxis social alimenta su pensamiento y, al revés, su
reflexión guía sus pasos políticos.
Y, con
estos antecedentes, escribe este libro de imprescindible lectura por parte de
quienes se preocupan por la educación en el Perú. (Lora como se citó en
Castillo, 1983, pp.3-5)
Referencias
Lora, J. (1988). Filosofía de la Educación. Tercer Mundo: Arequipa, Perú.
[Fotografía de Marco Espinoza]. (Lima. 2022). Archivo fotográfico de la Revista La Chispa.
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