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sábado, 13 de septiembre de 2025

EL FRENTE ÚNICO DE POSTULANTES


 

El Frente Único de Postulantes

Escribe: Marco EspinozaS.

Cuando llegas a culminar la escuela empieza otra etapa que es el de ingresar a una universidad pública, no obstante, empieza la odisea del “eterno postulante” —lo denomino así, al postulante, que nace de los conos alejados de Lima Centro—.

El inicio del siglo XXI y las profecías de algunos profesores que pensaban que con la llegada del año 2000 se terminaba la etapa de la humanidad, sin embargo, nada de ello ocurrió. Todo lo contrario ocurriría a inicios del año 2000, huelgas, marchas, movilizaciones y toma de carreteras en todo el Perú, todo ello por la crisis social que se agudizaba cada día más y más a consecuencia de las políticas públicas y privadas impartidas por el gobierno fujimorista. Lo curioso es que “el eterno postulante” tenía que viajar horas y horas por llegar a una academia en el Centro de Lima para prepararse en matemáticas y letras y así poder conseguir la ansiada vacante que le permita estudiar en una universidad pública.

Al recorrer las calles “el eterno postulante” podría palpar la realidad ocultada por la escuela, que tras once años de estudios, se lo había negado. El gasto de pasaje diario, el comer en la calle y volver a su casa para dormir, fueron duros golpes que le propinaron el día a día —se dice que el caminante se hace caminando—.

Así “el eterno postulante” tiene que acudir cada mañana a la academia para aprender las preguntas posibles que pudieran venir en el examen de admisión, que generalmente, eran dadas a inicio y a mitad de año, además, de ello tendría que pagarse sus estudios, lo cual generaba la pregunta: el de trabajar para poder estudiar, de ahí que más de un “eterno postulante” tenía que salir de la academia al trabajo y así giraba su día a día, sin embargo, tendría que quitarle horas de sueño para poder resolver aquellos temas desarrollados en clase.

“El eterno postulante” tendría que convivir con la realidad social el cual le permitió ser un crítico de lo que sus profesores llamaban “el sistema”. En clase sus profesores dictaban y explicaban, —el calor que hacía dentro de las aulas, más de 30 “eternos postulantes” y el hambre invocaban al dios del sueño, que generalmente se daban al final de cada fila—.

En el mundo del “eterno postulante” había los que iniciaban un “anual” —se decía de los estudiantes que iniciaban en marzo y culminaban en noviembre—, luego los que realizaban un “semestral”, que eran los que estudiaban de julio a diciembre y finalmente llegaba “el repaso” que era para estudiantes que habían tenido un “anual” y estaban listo para dar el famoso examen de admisión. Pero la odisea del “eterno postulante” no acababa ahí, a ello se sumaba que debería pagar un derecho por dar el examen de admisión y también, las pocas vacantes, que las universidades ofrecían a ellos. Por ejemplo en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, año 2001, habían aproximadamente 60 mil postulantes para 3500 vacantes y así en las demás universidades públicas, con ese panorama nació el Frente Único de Postulantes (FUP), estudiantes de diversas academias, como: ADUNI, César Vallejo, Auriel, Círculo, Lima San Marcos, Pitágoras, Trílce, Cruz Saco, entre otras. Cito a continuación, un fragmento de un volante que circulaba en aquellos años de marchas y plantones a las afueras de la Decana de América —así se le llama a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos:

El frente único de postulantes (FUP) demandó a las universidades estatales y, en particular, a la universidad de San Marcos, ampliar el número de vacantes para el ingreso a estas casas superiores de estudio, así como una actitud de apertura que permita a los jóvenes acceder en igualdad de condiciones a estudiar una carrera universitaria.

            El FUP sigue siendo un frente que nació a las afueras de las academias y que perdura hasta la actualidad, y es que, hasta la fecha siguen los mismos problemas, hay más vacantes para los que estudian en los llamados Centro Pre y los costos por derecho de admisión son altos.

jueves, 19 de junio de 2025

CUMPLEAÑOS 98


 Semblanza al maestro Carlos Castillo Ríos

Escribe Marco Espinoza S.

Hoy, 18 de junio, conmemoramos con gratitud y profunda admiración los 98 años del nacimiento del maestro, educador, intelectual y humanista Carlos Castillo Ríos, una figura señera en la historia de la pedagogía, la criminología juvenil y el pensamiento social peruano.

Carlos Castillo Ríos nació un día como hoy, en 1927, en la ciudad de Huánuco, tierra de gente noble y clima generoso. Hijo de Don Carlos Castillo Cárdenas, profesor huanuqueño, y Doña Zenaida Ríos, Carlos creció en un entorno donde la educación y la palabra eran ejes fundamentales. Compartió su infancia con sus hermanas, Athala y Flor, en una familia que valoraba el saber y el compromiso con la comunidad.

Durante su niñez, entre 1934 y 1937, acompañó a su padre a Huancayo, donde estudió en la Escuela 30054 Santa María Reyna. Fue ahí donde germinó su vocación por la escritura, participando en el periódico mural del colegio. En una de sus últimas entrevistas, relató que su padre corregía sus textos y lo convirtió en su secretario, iniciándolo así en el arte de escribir con profundidad y sentido social.

A los 16 años, ya en Trujillo, escribía para un diario local y entabló amistad con notables figuras como Mario Florián y Antenor Orrego. Poco después, entre 1944 y 1948, se trasladó a Lima, donde escribió para el diario Última Hora, junto al poeta Juan Gonzalo Rose, a quien consideraba no sólo un gran poeta, sino también un amigo entrañable.

A lo largo de su vida, Carlos Castillo Ríos conjugó con maestría su amor por la enseñanza, su espíritu crítico y su vocación humanista. En 1959, obtuvo el doctorado en Educación por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, con la tesis Hacia una Escuela de Orientación Integral. También estudió Derecho y realizó estudios de postgrado en Francia, en la Universidad de La Sorbona, especializándose en criminología y derechos del menor.

Su trayectoria lo llevó a representar al Perú en múltiples eventos internacionales: congresos panamericanos, seminarios de las Naciones Unidas en Suecia, Dinamarca y Japón, y misiones sociales en Nicaragua, donde vivió de cerca el proceso revolucionario y compartió momentos con el poeta y sacerdote Ernesto Cardenal.

Fue actor clave en la Reforma Educativa de 1972 durante el gobierno del general Velasco Alvarado, junto a figuras como Walter Peñaloza y Emilio Barrantes, participando en la redacción de la Ley General de Educación, con visión transformadora y compromiso por una escuela pública más inclusiva y humanista.

Autor de una prolífica obra, su pensamiento se plasmó en libros como Manual de Libertad Vigilada (1963), Los niños del Perú (1975), Medicina y Capitalismo (1979), entre otros. Su enfoque interdisciplinario y su preocupación por la infancia vulnerable marcaron su legado académico y político. Fue docente universitario, investigador incansable, director de políticas públicas, escritor de prensa nacional, y formador de generaciones.

Castillo Ríos fue amigo cercano de intelectuales como Pablo Macera, Washington Delgado, Oswaldo Reynoso, Manuel Scorza, y muchos otros que reconocieron en él no solo a un académico brillante, sino a un hombre profundamente comprometido con la justicia social.

En 2009, su sobrino Elmer Castillo le realizó una emotiva entrevista en la que se le preguntó si se sentía más escritor o educador. Con la sabiduría de quien ha vivido con autenticidad, respondió: “No sé, Elmer. Me gusta enseñar, sobre todo que entiendan lo que se les enseña. Pero también eso de escribir ensayos ha sido la pasión de mi vida”.

Falleció el 17 de octubre de 2013, a los 86 años, víctima del alzhéimer. En sus últimos años, soñaba con sentarse en la Plaza de Armas de su amada Huánuco, escuchando el tonito de su gente y compartiendo recuerdos con los viejos amigos de siempre.

Hoy lo recordamos no solo por lo que escribió, enseñó o construyó, sino por la coherencia entre su vida y sus ideas. Porque Carlos Castillo Ríos no solo pensó el Perú, lo vivió intensamente.

lunes, 26 de mayo de 2025

PROCESADOS PENALMENTE POR SER ADOLESCENTES


 

La realidad social del adolescente y sus familias

Escribe: Marco EspinozaS.

Ya no puedo seguir callando ante tantas atrocidades que suceden en este gobierno de la señora Dina, cada minuto que transcurre salen cortinas de humo, psicosociales, etc., para encubrir el robo que les hacen a todos los peruanos. Robo en la policía, robo en el Ministerio de Salud, robo en el Ministerio de Energía y Minas y en todo el aparato estatal, por otro lado, observo a niños vendiendo caramelos, lustrando zapatos, drogándose, además a ello: niños que duermen en las calles, niños desnutridos, etc., y de los hospitales podemos decir tantas cosas como la indiferencia descarada sobre cómo se despilfarra el dinero en el gobierno actual. La prensa pelele y marioneta es cómplice a lo que hoy sucede, son ellos los que cumplen el papel de mal informar y generar caos para que de esa manera las personas más humildes sigan ciegos y preocupados por si mismos sin importarle al otro.

Hoy el gobierno promulga una Ley 32330, ley que modifica los artículos 20 y 22 del Código Penal para que los adolescentes de entre 16 y 17 años puedan ser procesados penalmente como adultos si cometen delitos gravesComo pretenden decir que los adolescentes serán juzgados como adultos cuando ellos mismos los han empujado a que sean adultos, cuando ellos mismos los han empujado a que cometan esos delitos, al respecto nos dice Castillo (1974): el niño o infante es parte de una familia, la familia es parte de una sociedad; la sociedad, en este caso la sociedad peruana, no es uniforme, sino más bien  está  conformada  por  clases  sociales  bien  diferenciadas.  Por  lo  tanto  “cada  uno  de  estos  grupos  humanos  llamados  familia  cumplen  el  papel  que  las  relaciones  de  producción, la lucha de clases y la evolución de la sociedad les ha asignado” (p.28).

El adolescente que comete delito es parte de una familia y de ante mano de una sociedad y esta sociedad en la que vivimos es de clases, no es lo mismo un adolescente que tiene todo a su alcance y un adolescente que tiene que llevar dinero a su casa pues sino le cortan el agua, le cortan la energía, no podría alimentarse, no podría vestirse ni mucho menos atenderse en un hospital y comprarse la medicina que le recetan, esa es la sociedad en la que vivimos. Me pregunto si actualmente estos hijos del pueblo que nos gobierna han pensado en eso cada vez que se gastan millones de soles en armas, en relojes de oro, en recepciones y consultorías y ahora en trenes viejos y contaminantes. Permítanme citar otro texto de Castillo (1983):

Reviso mis empolvados libros sobre adolescentes y, en verdad, me espanto. Resulta que la adolescencia no se caracteriza solamente por ser un periodo de crecimiento y maduración endocrino-genital acentuados sino, también, por ser época de tensiones y preocupaciones en torno a los problemas vitales que agobian a él y a su familia. El adolescente tiene, dicen los más connotados autores, inquietudes, reacciones impulsivas, identificaciones generosas y audaces (p.11).

Claramente lo dice un especialista en menores, el adolescente vive en un crecimiento de tensiones y preocupaciones. Ahora sería bueno que en vez de crear leyes crearan proyectos para acompañar a estos adolescentes de las zonas más humildes para conseguir sus objetivos y de esa manera apoye a su familia y a la vez haga empresa en su tierra. Basta ya de engañarnos a nosotros mismos cuando sabemos que tenemos lo que tenemos porque lo hemos empujado a ello y trabajemos desde las escuelas para cambiar nuestra sociedad de clases.

Este gobierno que hoy saca Leyes y decretos de zonas de emergencia piensa que con ello acabara con la delincuencia, el sicariato y las extorsiones, cuando saben que son ellos mismos los culpables de lo que sucede, sin lugar a duda que atrás de todo esto esta una mano negra, un cerebro acostumbrado a manipular las cosas para salir bien librado de la justicia, tal vez sea un exagente de inteligencia que ya una vez traiciono a la patria y que hoy lo premian en celdas de lujo y con Leyes para que salga libre. Hace unos días inventaron una balacera entre personas vestidas de policías y personas vestidas de delincuentes cuando al final ambos son delincuentes, pretenden así decir que tenemos una policía que nos vigila, cuando es todo lo contrario. El mundo sigue avanzando y las personas más humildes siguen trabajando para sobrevivir a un aparato dictatorial e inhumano.

Al respecto en una cita de Castillo citado por Canqui (2020), nos dice:

La clase trabajadora y menos favorecida constituye la gran mayoría del país, por su misma  naturaleza  de  padecer  de  opresiones  tienden  a  desconfiar  de  todo.  La  clase  obrera  en  general,  “vive  como  si  vivir  fuese  una  obligación  que  hay  que  soportar  sin quejas ni resistencias, con resignación” (p. 110). Por lo tanto, resulta sumamente complicado que tengan expectativas sobre su futuro, pues su filosofía de vida consiste en subsistir del día a día (p. 3).

Referencias

Canqui, G. (2020). Reseña del libro Los niños del Perú. Espiral, revista de geografías y ciencias sociales, 2(4), 213 - 216. http://dx.doi.org/10.15381/espiral.v2i4.19539

Castillo Ríos, C. (21 de enero de 1983). Los adolescentes de Ayacucho. La República, p. 11.

 

domingo, 9 de marzo de 2025

ADOLESCENTES Y EL CONCEJO DE MENORES


 

 

Los adolescentes de Ayacucho

Escribe Carlos Castillo Ríos

Reeditado por Marco EspinozaS.

1

“Cuando un menor roba una bicicleta, importa el menor, no la bicicleta”. Dice la Filosofía del Derecho cuando trata los problemas de conducta de niños y adolescentes. Este argumento recoge el Código de Menores vigente del Perú y por eso se abstiene de tildar de delincuentes y no señala penas de ninguna especie a quienes roban, hieren o matan, antes de cumplir los 18 años de vida. Los Derechos Universales del Niño elevan esta manera de pensar a nivel de Principio. universo (…).

2

En junio del año pasado, cumpliendo una tarea de Naciones Unidas en la república de El Salvador, tuve oportunidad de conversar en repetidas oportunidades con un lustrabotas de su ciudad capital, quien terminó siendo mi amigo. Tenía el muchacho 21 años y me confesó haber participado en la lucha por la liberación de su pueblo… “Hasta que me echaron por viejo”.

mejor y hasta piensa en casarse…”

3

No pretendo comparar pero he visto fotografías de Ayacucho donde aparecen con los brazos en alto, capturados, niñas en uniforme escolar y muchachitos de la sierra que, visiblemente, no han cumplido todavía los 15 años. ¿Serán estos “los malos peruanos parecidos a los ‘gángsters’ de Chicago” a quienes alude el Presidente de todos los peruanos? ¿Habrá enviado el Ministro de Justicia y Presidente del Concejo Nacional de Menores una comisión que vele y proteja a los niños y adolescentes que están, de una u otra manera, involucrados en los dolorosos sucesos de Ayacucho? ¿Por qué, de un momento a otro, cuando ese departamento requiere de centros fabriles y servicios de luz, agua y desagüe, se aprueba la creación de un Colegio Militar para Ayacucho cuando todos saben que allá existen colegios nacionales, comunes y corrientes?

 

4

Reviso mis empolvados libros sobre adolescentes y, en verdad, me espanto. Resulta que la adolescencia no se caracteriza solamente por ser un periodo de crecimiento y maduración endocrino-genital acentuados sino, también, por ser época de tensiones y preocupaciones en torno a los problemas vitales que agobian a él y a su familia. El adolescente tiene, dicen los más connotados autores, inquietudes, reacciones impulsivas, identificaciones generosas y audaces (…).

5

Ya sé lo que me van a decir: si hay niños y adolescentes involucrados en los sucesos de Ayacucho sería, en todo caso, por acción de los mayores. Son ellos, unos cuantos malos peruanos, quienes estarían empujando a los niños y adolescentes a realizar acciones que ellos alentarían desde las sombras, cobardemente. ¿Será así? ¿Será fácil engañar a los muchachos, embaucarlos, aprovechándose los adultos de la ingenuidad y la inocencia de la gente menor de edad? A propósito: ¿será cierto aquello de “la ingenuidad y la inocencia de los niños y adolescentes”? ¿No será, acaso, que aquel dominio de padres a hijos, de adultos o menores, es un mito, una ilusión o, en todo caso, asunto del pasado? ¿Es por manipulación de sus padres o maestros u otros malos peruanos que los hijos de los ricos están inmersos en el mundo de las drogas, los pin-bols y las motos sin escape? ¿No será, acaso, que los hijos de los pobres quieren que su lucha, sentar las bases de un mundo más igual menos injusto?

Todo cabe en lo posible. En todo caso estas preguntas deben responder los investigadores sociales del Concejo Nacional de Menores. Aunque, hay dos preguntas más por hacer: ¿Tiene investigadores sociales ese Concejo? O esta última pregunta ¿Funciona el Concejo Nacional de Menores que con tanta bulla reinauguró el Dr. Buendía hace cuatro meses? Con respuesta o sin ella por parte del inefable Ministro de Justicia, la ciudadanía necesita saber qué tratamiento se está dando a los adolescentes en Ayacucho, pues corren rumores que las fuerzas de la represión policial están identificando adolescencia con terrorismo y están sustituyendo la generosa y comprensiva política del Código de Menores del Perú por las balas. (Castillo, 1983, p. 11)

Referencias.

Castillo Ríos, C. (21 de enero de 1983). Los adolescentes de Ayacucho. La República, p. 11.

 


jueves, 13 de febrero de 2025

LA ESCUELA: ELITISTA, OBSOLETA Y AUTORITARIA


 

Otra publicación que logró rescatar del polvo de la indiferencia y de los ácaros, no es una publicación más del Dr. Castillo, sino un escrito que describe como es vista la educación desde afuera y desde los escritos realizados por millones de personas. Presento pues de forma oficial un extracto del artículo titulado: “En defensa de la coeducación” y además, quiero expresar el saludo inmenso de los seguidores de Carlos Castillo Ríos, que desde ya esperan con ansias mi libro titulado: “Aportes pedagógicos de Carlos Castillo en la prensa peruana”.

 

En defensa de la coeducación

Escribe Carlos Castillo Ríos

Reeditado por Marco EspinozaS.

El Ministro de Educación tan consagrado hasta ahora al trabajo al trabajo de reprimir al magisterio, propiciar la circulación de textos escolares importados de España, propagar la tecnología educativa sistémica que auspicia el Departamento de Estado norteamericano y desmontar los avances de la reforma educativa de 1970, manteniendo e implementando sus errores, acaba de romper su habitual tono gris para levantar al tope las banderas del pasado. Como en España durante las primeras décadas de Franco que llegó a dividir algunas playas para que se bañen en un sector los hombres y en otro las mujeres, el ministro de Educación del régimen anuncia que se acabó, en el Perú, la coeducación y que, a partir del año escolar que se avecina, adolescentes de ambos sexos no podrán estudiar en las mismas aulas,  ni siquiera en las mismas escuelas del Estado.

(..) 

La escuela, ingeniero Muñoz, es una institución seriamente cuestionada en todas partes. Hay millares de textos y artículos que la consideran elitista, obsoleta y autoritaria. Se le acusa, en los países capitalistas, de hacer la defensa de un sistema cuyos dividendos benefician a pocos en desmedro de las mayorías. Se le dice que quiebra la natural espontaneidad y rebeldía del educando. Se le imputa que rinde más culto al “saber” que al “ser”, que gradúa principalmente a los alumnos de las clases altas y medias y, en cambio, repele a los niños del pueblo; que impone los patrones culturales urbanos a los hijos del campo y los propios de la mesocracia a los hijos del obrero o el agricultor.

(…)

La escuela, en síntesis, enseña a convivir en el mejor sentido de la palabra a hombres y mujeres resolviendo los falsos problemas que, de hecho, postulan las sociedades conservadoras que quieren hacer creer que el hombre debe ser el amo, la figura dominante, el dueño de la verdad; y la mujer, su servidora y cocinera fiel, sin derechos pero con un mundo de obligaciones por cumplir.

(...)

Volvamos a hacer razonables, señor Ministro. Bastante desprestigio tenemos en el exterior por expulsar a un refugiado político, para hacer el ridículo llevando a las escuelas a revivir épocas ya superadas aun en los países más conservadores del orbe (Castillo, 1983, p. 10).

Referencias.

Castillo Ríos, C. (24 de enero de 1983). En defensa de la coeducación. La República, p. 10


martes, 7 de enero de 2025

LA CASA DE LOS PETISOS POR CARLOS CASTILLO RÍOS

 

La casa de los petisos

 

Escribe Carlos Castillo Ríos

Reeditado por Marco EspinozaS.

 

La Casa de los Petisos, el complejo que aliviará la situación de los menores a quienes el hambre y la miseria empuje al trabajo ambulatorio y la mendicidad encubierta, se hizo posible gracias al entusiasmo que desplegó la Sra. Carolina Acuña de Orrego. El apoyo que le dio la empresa privada y la acción decidida del comité de Damas de la Municipalidad de Lima.

Sin embargo, el verdadero autor de esta hermosa realidad, se llama Víctor Caycho. Es él un periodista de “La República” que consagro varias noches de investigación y trabajo para poner al descubierto el horrible mundo y los innumerables peligros que asechan a los niños pobres de la capital. Sin sus crónicas dramáticas, lacerantes, dolorosamente reales, (y las fotografías que las ilustran) no existiría ahora el COMAIN (Complejo Asistencial Infantil Municipal).

Hagamos un poco de memoria. Víctor Caycho rompió el silencio cómplice que la hipocrática ciudad dedica a los niños pobres y atacó el tema con fibra, con dramatismo, con garra. He aquí algunos de sus titulares: 


·         Casi todos los niños mendigos son violados. Hay pequeños que trabajan toda la noche en la calle. Otros no tienen donde dormir, comen lo que pueden y comienzan un camino equivocado.

·         Miles de nuestros niños abandonados a su suerte. No tienen qué comer, se drogan, no tienen futuro ni esperanza.

·         Mafia obliga a niños a robar por drogas.

·         Estos niños no saben de juguetes. Abandonados a su suerte, tienen que ganarse el pan con el sudor de su frente.

·         Tuberculosis mata a niños pobres de Lima. Alcanza terribles niveles en barrios humildes de la capital.

·         Cientos de niños duermen a la intemperie en Lima. No tienen más abrigo que pedazos de cartones o papel periódico.

·         Juan Carlos tiene 11 años y una familia y una familia que alimentar.

·         Venden cebollas de sol a sol para poder vivir. Huérfanos de madre, el padre los abandonó para irse con otra mujer.

·         Pequeños floristas trabajan hasta la madrugada. Venden rosas para llevar el diario a sus hogares.

Y así muchas crónicas más. Víctor Caycho presentó al país entero a Rodolfo, el Carbonero; a Rosa María una niña que vende galletas para poder estudiar; a Julio César, el pequeño emolientero que trabaja toda la noche para ayudar a sus 9 hermanitos y a Liliana, una linda niña de 11 años que vende rosas para alimentar a su madre enferma.

Al mismo tiempo el periodista de está casa visitó a personalidades y dirigentes de prestigiosas instituciones en busca de su opinión sobre este dramático problema. Y siguió escribiendo crónicas como estas:

·         Carrión Pollit propone Comité de Emergencia para salvar a niños abandonados.

·         Manuel Curotto, de la FEB dice: Daremos ayuda económica para salvar a los niños.

·         Mutuales apoyan Plan Pro Niños Abandonados.

·         Lannata Piaggio propone: Unamos empresas para donaciones a favor de la infancia.

Y recogió opiniones de Monseñor Metzinger, del Rector de San Marcos, de Gosta Lettersten, Carlos Shinomura, el Padre Bernardo Byrne, el Doctor Carlos Alberto Seguin, Monseñor Noriega Arce, etc. Después Guillermo Thorndike reunió a muchas personas y continuó la campaña. Y así quedó en la ciudad, gracias al periodismo nacional, la incómoda sensación de que todos, sin excepción, estábamos siendo cómplices de la dramática situación de los niños abandonados. 


Creo, sinceramente, que ésta fue una de las más hermosas batallas ganadas por el periodismo nacional. Yo he visto en manos de muchos científicos los recortes de las crónicas de Víctor Caycho cuidadosamente archivados como testimonios de una realidad que no se podía ocultar por más tiempo. Tengo en mis manos una voluminosa tesis que la señora Katia van Oort de Sánchez, una trabajadora Social holandesa, presentó, bajo mi asesoría, a la Universidad Católica. Trescientos alumnos de Derecho de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos buscaron niños que trabajan para hacer el relato de sus vidas e implementar así una investigación, que está en proceso, sobre el tema que difundió Víctor Caycho.

Y entonces entro a tallar la exquisita sensibilidad de la Sra. Acuña de Orrego y de sus colaboradoras y ahora, en Conde de Superunda 426, en Lima, se levanta un servicio destinado a aliviar la dramática situación que ha creado en la infancia desvalida, la indolente política del Estado. (Castillo, 1983, p. 9)

Referencias.

Castillo Ríos, C. (04 de noviembre de 1983). La casa de los Petisos. La República, p. 9.

[Fotografía de La República]. (Lima. 1983). Archivo fotográfico del diario La República y de la Revista La Chispa. Lima, Perú.

 

 

jueves, 17 de octubre de 2024

CARLOS CASTILLO RÍOS EN EL RECUERDO


 

Homenaje al Dr. Carlos Castillo Ríos

Escribe Marco EspinozaS.

Hoy jueves 17 de octubre del 2024 se cumplen 11 años desde la partida del Maestro Carlos Castillo Ríos, luego de cumplir 86 años, partió para descansar y contemplar su legado.

Nacido en la ciudad de Huánuco, lugar donde lo cobijo en su niñez y que más adelante emigrara a la ciudad de Trujillo para terminar sus estudios secundarios y poder preparar el arribo a la capital. En 1956 viajaría a Rusia para escribir los detalles de la Revolución de Octubre, el avance del socialismo, además conoció de cerca a los líderes de Cuba y China. Se dedicó al reportaje de artículos relacionados a la educación y defensa de los Derechos del Niño, aquello lo llevaría a trabajar en lugares como: El Consejo Nacional de Menores, la UNICEF, Diario La República, La Voz, El Diario, Caretas, Autoeducación y escribiera libros que obtuvieron premios y que hoy se vuelven a reimprimir, como: Los niños del Perú, La Educación en China, Medicina y Capitalismo, entre otros. Hay que recordar que estuvo por Venezuela apoyando a la universidad de Zulia en conjunto con otro gran maestro Walter Peñaloza.

En fin, mucho que destacar de sus obras y escritos en la prensa peruana, sin embargo, la labor más importante la realizó en la Reforma Educativa de 1969 hasta 1972 en el gobierno del general Juan Velasco Alvarado.

En la actualidad y siguiendo con el homenaje, mantenemos  preparando una reimpresión de la Educación en China, Medicina y Capitalismo y un conjunto de artículos en la Prensa Peruana, además, a ello hago una convocatoria a trabajar por el centenario de Carlos Castillo Ríos a realizarse el 18 de junio de 2027 fecha en la cual queremos realizar un congreso de educación y periodismo para resaltar y describir sus obras.

Que hoy sea una fecha de reflexión, de unión familiar y de llevar en lo alto el nombre de Carlos Castillo Ríos, por su lucha por la niñez, por su lucha por una calidad educativa que se refleje en el desarrollo de nuestra sociedad y por el bienes de todos los seres humanos por una salud humana y de reciprocidad con el otro.

Me despido con un abrazo fraternal a toda la familia: Castillo y Ríos, a los amigos Elmer y David Acevedo y a todos los que han apoyado en hacer posible que este homenaje, por el bien de la cultura y de la socialización y la hominización.

martes, 10 de septiembre de 2024

Una educación para la comunidad

 


La laringitis profesoral

Escribe Carlos Castillo Ríos

Reeditado por Marco EspinozaS.

Hace poco un grupo de amigos quería encontrar solución al problema de la universidad peruana. Ella está, se decía, a espaldas de la realidad del país. Y, para cambiarla, esbozaron sus ideas:

Hay que adoptar un modelo de universidad adaptado al Perú decía uno. Hagamos la propuesta de una universidad avanzada para un modelo social progresista, decía otro. Alguien propuso volver a lanzar una segunda versión del Grito de Córdova y así se consideraron muchas propuestas cada vez más ambiciosas.

Para no permanecer durante más tiempo en la utopía se nos ocurrió proponer algo tan simple y sencillo que, por eso mismo, no fue tomado en cuenta por tan importantes personajes. Abogué entonces, abogo todavía, por la más primaria y elemental revolución del acto educativo: modificar de raíz la estructura de la clase diaria.

Me explico: cuando se inició la educación formal comenzó en los conventos y cuarteles con la lectura de la vida de los santos y de los héroes. Después, en todos los centros educativos, evolucionó hacia el monólogo —tipo conferencia— del maestro. Desde entonces, y han pasado más de 4 siglos, ha corrido mucha agua bajo los puentes pero el acto educativo en sí mismo no ha cambiado sustantivamente. Las clases siguen siendo las mismas: avalanchas de palabras más o menos coordinadas que son, de vez en cuando, reforzadas con apuntes de la pizarra. En términos generales, torrentes orales de mayor o menor significado pero, en el fondo, palabras, y palabras. En realidad, huaicos interminables de oraciones y frases que forman discursos soporíferos, interminables cansones. Después de todos estos desbordes de oratoria los profesores terminamos con laringitis crónica de tanto ganar nuestra vida hablando, hablando sin cesar, a un grupo de alumnos, supuestamente ignorantes, que a veces —los muy hipócritas— hacen como si les interesara lo que decimos y a veces hasta toman notas. Otros siguen pasivos, hieráticos, inmóviles, casi sin pestañar. Solo ellos saben en lo que están pensando.

Nada debe perturbar la tranquilidad de la clase. Durante horas interminables los escolares, colegiales y universitarios deben escuchar sumisos la voz del profesor. De vez en cuando, alguien hace una pequeña interrupción y, después, adelante. Pronto llegará la hora de la evaluación que no es sino una forma de preguntar: ¿recuerda lo que dije sobre tal o cual materia? Si lo repites textualmente será aprobado. De otra manera tendrá problemas porque el saber es, principalmente, asunto de memoria.

Así es, en un 80%, el acto educativo. Las clases son recitadas por personas que jamás aprendieron dicción, impostación de la voz ni arte escénico. Es decir por pésimos actores. El conocimiento transita de la voz del profesor al oído del alumno: es como un hilo invisible aunque de muy grueso calibre porque tiene que aguantar de todo. Por él y nada más que por él, transita el conocimiento. No hay diálogo, discusión, trabajo en grupo ni practica social. Apenas, a veces, una pizarra o, en el mejor de los casos, una ilustración.

Para nuestro recital cotidiano los profesores tenemos que retener ideas, algunas propias, pero la mayoría de ellas extraídas de textos que Mao Tse Tung llamaba “muertos”. Y por eso nuestra educación es teórico, enciclopedista, arrancada de los libros y naturalmente ajena a la realidad local, regional y nacional.

Proponemos, en lugar de estos soliloquios interminables que a veces duran dos y más horas, dividir la participación del profesor en cuatro estamentos. Un 30% de clases teóricas lo que significaría recortar considerablemente el recital a su mínima expresión. Otro 30% de actividades que tendrían lugar en bibliotecas, laboratorios, talleres o simplemente campo abierto. Y un 30% de “practica social” que sería una forma de llegar a la comunidad, mezclarse con ella, y confrontar la teoría con la realidad. El 10% restante sería de evaluación.

El monologo del profesor, de esta manera, quedaría totalmente reducido lo que aliviaría nuestra laringitis crónica y la paciencia de los alumnos. Nos veríamos obligados a promover actividades muy variadas fuera del aula y en la misma universidad. Y, para terminar, tendríamos la oportunidad de visitar fábricas, obras públicas, entrevistar personas y aprender de ellas en el capítulo que denominamos práctica social. Este sistema podría ser adaptado a todas las materias. Pero, para eso, necesariamente los profesores, en vez de preparar clases, tendríamos que programar actividades y obligarnos a trabajar dentro de la comunidad que es la única manera de dejar atrás la enseñanza teórica, verbal y enciclopedista y, por consiguiente, confundirnos con la realidad para extraerle todas sus enseñanzas. (Castillo, 1986, p. 21)

Referencias

Castillo Ríos, C. (22 de abril de 1986). La laringitis profesoral. La República, p. 21.

lunes, 24 de junio de 2024

24 DE JUNIO: EL NIÑO CAMPESINO


 

El niño campesino

Escribe Carlos Castillo Ríos

Reeditado por Marco EspinozaS.

Sector humillado y sojuzgado por el poder español durante la Conquista y el Virreinato, el campesino peruano ha seguido siendo vejado y dominado durante la República. José Carlos Mariátegui señala:

A la república le tocaba elevar la condición del indio, Y contrariando este deber ha pauperizado al indio, ha agravado su depresión y ha exasperado su miseria.

En estas circunstancias a nadie llama la atención que los campesinos estén en la base de la pirámide, constituyendo el grupo más oprimido de la sociedad. Por razones económicas, políticas y culturales que los sistemas de producción explican, el campesino carece de poder político y participa muy poco o no participa en ninguna toma de decisión.

Su vida gira en torno a la tierra y la familia. En periodos constitucionales ni siquiera tiene derecho al voto por razón de su analfabetismo. Sólo a partir de los últimos años, especialmente gracias a la Reforma Agraria, empieza, tímidamente, a hablar de cooperativa, federación o sindicato. Pero ya es algo.

El campesinado no constituye, sin embargo, un sector uniforme: una gran parte de él vive aislado, confinado a lugares que sobrepasan los 4 mil metros sobre el nivel del mar, lejos de la llamada civilización. Por vivir apartado de todo mercado, no interviene siquiera en la comercialización de sus productos, beneficiándose en forma muy limitada de su propio trabajo. Quienes habitan en zonas más accesibles y menos inhóspitas, sacan provecho en mayor proporción de su esfuerzo físico. Ellos han dejado generalmente de ser monolingües (quechua, aymara o dialectos selváticos) para hacer uso, aunque sea en forma limitada, del idioma dominante: el castellano

Unos y otros satisfacen de manera deficiente sus necesidades primordiales. La diferencia es sólo cuestión de grados. Viven, no más. Inhabilitados como están para ubicarse en un plano de igualdad con los otros sectores sociales, constituyen el problema profundo del país en su conjunto.

De acuerdo al censo de 1961, de un total de 8'241,000 personas mayores de 5 años, casi el 40% tenía como lengua materna algún Idioma aborigen. De ellos, el 50% era monolingüe, lo que quiere decir que en aquel año existían casi dos millones y medio de peruanos incapaces de expresarse en la lengua oficial del país.

Los campesinos peruanos de origen andino y selvático todavía viven, sin embargo, en un mundo de creencias mágicas llenas de contenido humano y solidario. No rinden culto a la propiedad privada, no obedecen ciegamente a las leyes de la división social del trabajo. Niños, mujeres y hombres, participan en la tarea productiva y en la medida en que están desvinculados del sistema capitalista, no son víctimas de los procesos de alienación que en cambio se apodera cada día más de los habitantes de la ciudad.

Para los pobladores de la sierra, por lo menos para los de avanzada edad, las montañas y los ríos siguen siendo dioses cuyos misteriosos designios sólo algunos pueden descifrar. El mundo está animado a imagen del hombre. Para ellos, como lo dijo José María Arguedas (1966)[1]:

...el ser humano es sólo un elemento predominante pero no absolutamente dominador sino subordinado a la voluntad o fuerza de otros mayores (ríos, precipicios, ciertos insectos, montañas, plantas alimenticias).

 Referencias

Castillo Ríos, C. (2021). Los niños del Perú. Clases sociales, ideología y política. Ediciones Realidad Nacional; Colambo Editores. (Original publicado en 1974).

[Fotografía de Diego Rivera]. (México. 1935). Archivo fotográfico de la Hemeroteca de la Revista La Chispa.



[1] El niño indio y los factores que modelan su conducta. CNM. Lima, 1966.

miércoles, 12 de junio de 2024

ENSEÑAR EN AULAS DE LA INDIFERENCIA

 

Foto MAES

Entre cuatro paredes frías de la indiferencia

Escribe Marco EspinozaS.

Resulta difícil enseñar a los alumnos hoy en día. Pararse al frente de un aula es una situación compleja pues en ella hay problemas económicos, sociales y culturales, sin embargo, cada docente hoy en la actualidad tiene dentro de su sesiones de clases objetivos de enseñanza, pero, al frente de ellos está una persona que piensa, siente y actúa y en la que puede tener un impacto. Enseñar va más allá, un profesor puede conseguir todo lo que se ha propuesta dentro de su planificación, sin embargo, resulta curioso que más de un estudiante no está preparado para cuatro horas continuas de clases, algunos ni han completado sus horas de sueño, otros en cambio solo vinieron tomando una taza de manzanilla con un pan con soledad. Al respecto nos dice el maestro Carlos Castillo Ríos (1989):

Resulta que en los países altamente industrializados que sirvieron de modelo al sistema educativo formal del Perú los niños reciben, en sus hogares, los elementos suficientes para satisfacer sus necesidades básicas. Tienen qué comer y con qué vestirse. Están provistos de calefacción en invierno y ventilación en verano. Disponen, al mismo tiempo, de atención médico-psicológica cuando lo requieren y no tienen, para sobrevivir, que trabajar, en calles, plazas ni mercados, estando en edad de ir a la escuela. (p. 21)

Entonces resulta curioso que los modelos educativos que hoy se imparten en las diferentes escuelas no tengan los mismos beneficios que si los hay en sus países de donde vienen esos modelos, es decir que aquellos niños de Rusia, Estados Unidos, Inglaterra y China cuentan con un respaldo económico, en las cuales esos niños si pueden llegar a clase con un buen desayuno, con una buena salud y un techo donde dormir. Todo lo contrario sucede en nuestro Perú, actualmente miles de colegios no cuentan con calefacciones que pueda neutralizar el frio intenso que soportan diferentes ciudades del país. Según cifras de la Contraloría del Perú el Ministerio de Educación (MINEDU) tendría un gasto incongruente o desbalance de casi S/. 93 millones durante los años 2017 al 2023, solo en el 2023 casi S/. 12 millones (Gestión, 2024). Es decir, que si el MINEDU hubiera realizado un gasto responsable hoy esos S/. 93 millones hubieran sido utilizados en brindar una buena calidad de vida para nuestros niños que cursan el nivel inicial y primario. Al respecto cita Castillo Ríos (1989):

No es esa, ni siquiera parecida, a situación de la mayoría de niños del Perú. Si ellos están en la mañana con el estómago que apenas recibió una tasa de manzanilla y a veces un pan ¿será posible aprender a dividir y multiplicar? ¿No resultará obsceno tratar de enseñar asignaturas seguramente necesarias y útiles a muchachitos de ambos sexos expuestos crónicamente al hambre y al frío? Antes de tratar de cumplir con el proceso enseñanza-aprendizaje la escuela del Perú debe consagrarse a otras tareas previas a la ingestión de conocimientos y que están en estrecha relación con la satisfacción de las necesidades básicas de sus alumnos, porque cuando suena el estómago por falta de alimento, no hay clase modelo ni ejercicio didáctico que valga. El niño, en esas condiciones, no necesita de pedagogía alguna; necesita comer en cantidad y calidad suficientes para garantizar su desarrollo normal.

No podemos pretender a que nuestra educación mejore si seguimos frustrando las necesidades básicas de los niños, ellos son la realidad de un cambio, son seres que sienten nuestra cruda realidad social y hoy estamos a tiempo de cambiarlo. Se gastan millones de soles en cosas ínfimas que podrían darle una luz de esperanza a miles de niños que deambulan por parques y mercados buscando alimentos…

Referencias.

Castillo Ríos, C. (5 de marzo de 1989) ¿Qué enseñar a los alumnos? La República, p. 21.

Contraloría detectó perjuicio de S/ 93 millones en el Minedu entre el 2017 y 2023. (28 de mayo de 2024). Gestión. Recuperado de https://gestion.pe/peru/contraloria-detecto-perjuicio-de-s-93-millones-en-el-minedu-entre-el-2017-y-2023-nelson-shack-gobierno-ministerio-de-educacion-noticia/