Mi lista de blogs

lunes, 30 de agosto de 2021

EL ADVENIMIENTO DEL PODER JOVEN, ESCRITA POR CASTILLO RÍOS

 

El advenimiento del poder joven

Escribe Carlos Castillo Ríos

Reeditado por Marco EspinozaS.

 


En un Seminario sobre Legislación del Menor Alfredo Vignolo, periodista peruano, tratando el tema “El menor y los medios de comunicación colectiva”, llamó la atención del publico sobre un hecho evidente: los adultos nos hemos apoderado del poder en todas sus manifestaciones sin conceder a la gente joven si quiera la oportunidad de exponer sus criterios, ideales y esperanzas. Somos, constituimos una gerontocracia. Los jóvenes de 15 a 20 años, integrantes importantes de la población económicamente activa del país, no tienen canales por los cuales dejar escuchar su voz. Sobre ellos ejercemos, de una u otra manera, un paternalismo absoluto que descansa, abusivamente, en una evaluación sobrevalorada de nuestra experiencia y adultez.

Para los políticos que están en el gobierno, pongamos por caso, no existe quienes no tienen Libreta Electoral. Por eso toman sus decisiones marginando al 60% de la población. Y lo peor es que lo hacen a nombre de la participación popular, “el pueblo lo hizo”, y otras etiquetas indudablemente mentirosas.

Tampoco sabemos trabajar con jóvenes y menos aún con niños. Pedimos de ellos una conducta adulta. Siguen siendo, para nosotros, proyectos de hombres, simplemente sujetos en camino a ser personas. Los menospreciamos. No queremos ver lo que es obvio. No se propaga, por ejemplo, que en Europa hay científicos sociales muy serios -Gérard Mendel es uno de ellos- que preconizan la descolonización del niño y solicitan, con argumentos irrebatibles, el derecho de voto a partir de los 12 años. No es broma: muchos menores saben lo que quieren para su ciudad, su país y el mundo, mejor que nosotros. Por otra parte, ser adulto o viejo no garantiza absolutamente nada. Más bien entraña el riesgo que nuestras opiniones no tengan la espontaneidad, frescura audacia y generosidad, que podría tener el pensamiento de las nuevas generaciones. Lo peor del caso es que no sólo negamos libertad de expresión a la juventud, sino que les educamos para la sumisión, la obediencia servil y la obsecuencia con el universo adulto. Los tenemos pisados.

Sucede entonces que le damos excesiva importancia a las canas y arrugas sin percatarnos que, con esa actitud, estamos poniendo en riesgo el destino del país y del mundo. Así como suena. Sin ánimo de ser tremendistas siento que no hemos advertido que justamente la explosión de los medios de comunicación social ha sentado las bases de una revolución infantil y juvenil de increíbles proporciones. Si antes las luchas reivindicatorias las protagonizaban jóvenes que ya solían arreglarse el bigote, ahora es distinto. Observamos que no sólo rostros de niños imberbes se descubren en la lucha de los pueblos por su independencia, sino también caras limpias de adolescentes mujeres que de esta manera están anunciando el advenimiento del poder joven. Lo he visto en El Salvador, lo he visto en Nicaragua. En una edad en que los niños -bien de la burguesía se aburren frente a una discoteca o están detrás de un placer efímero, los niños del pueblo -11, 13 y 15 años- luchan, en forma cada vez más radical, por un orden social diferente.

Para mí que se equivocan quienes afirman que hay adultos que manipulan a los niños y los empujan a la lucha armada sacando ventaja de su ingenuidad o experiencia. Parece más bien que, de una u otra manera, los jóvenes han tomado conciencia de dos cosas: lo poco que pueden esperar de este orden social y las grandes posibilidades de cambio que se anidan en sus propias fuerzas. Si es así, estoy seguro que el mundo que organizarán los muchachos será mucho más justo, humano y digno, que el que nosotros los adultos hemos construido para ellos. (Castillo, 1982, p. 11)

Referencias

Castillo Ríos, C. (5 de agosto de 1982). El advenimiento del poder joven. La República, p. 11.

[Fotografía de Marco Espinoza]. (Lima. 2020). Archivo fotográfico de la Revista La Chispa, imágenes extraídas de los archivos periodísticos del Diario La República en la Hemeroteca de la Biblioteca Nacional del Perú. Lima, Perú.

.

LIMA EDITORES Y EL SALUDO POR EL LIBRO LA EDUCACIÓN EN CHINA

 

En 1974 aparecería la segunda edición de la obra cumbre del maestro y periodista Carlos Castillo Ríos, recordemos que esta obra tiene más de una edición, la primera de ellas fue Mosca Azul Editores en 1973, posterior aparece la que hoy describimos, de ahí le seguiría una editorial: Drake & Morgan Editores. Colombia, 1974 y una edición en idioma alemán, en 1977 y por último una edición del Instituto Cultural Mexicano-Chino, año 1978.  

 

La contracubierta de la imprenta al libro La Educación en China

Escribe LIMA S.A.

Reeditado por Marco EspinozaS.


 

Campesinos, obreros y soldados han tomado la dirección de escuelas, colegios, universidades, hospitales, fábricas y centros de investigación. La pedagogía tradicional, así como el predominio de los intelectuales ha sido definitivamente erradicado. Se ha hecho, en China, cuanto cambio pueda imaginarse en beneficio del pueblo.

Y el pueblo ha respondido con felicidad, altruismo, trabajo voluntario y lealtad. Tal el mensaje de este libro. Ha sido escrito después de haber visitado su autor escuelas, jardines de la infancia, universidades y centros de trabajos. El libro ha circulado en el Perú y en el extranjero. Nadie ha podido sin embargo combatir sus afirmaciones por estar bien documentadas y porque coinciden con las impresiones de los cientos de visitantes que siguen desfilando por China Popular y que van incrédulos y suspicaces y vuelven entusiasmados y convencidos.

Carlos Castillo Ríos es doctor en educación y abogado peruano. Integró la Comisión de Reforma de la Educación donde logró introducir el nivel de Educación Inicial. En la actualidad es profesor de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. (LIMA S.A., 1974)

Referencias

Castillo, R. C. (1974). La Educación en China. LIMA S.A., Lima: Perú.

martes, 24 de agosto de 2021

UN POSTER PARA CONSUELO, ESCRITA POR CARLOS CASTILLO RÍOS

 

Un poster para Consuelo, describe un sentimiento de injusticia, corrían el mes de febrero del año 1989 cuando fueron asesinados dos dirigentes, uno de ellos fue la maestra Consuelo Trinidad García Santa Cruz, quien en 1984 conformara con un grupo de mujeres mineras la Asociación Filomena Tomaira Pacsi, el coraje y la valentía de enseñar a las esposas de los mineros de sus derechos y la voz de protesta por las desigualdades sociales que aun se mantiene en nuestra sociedad. Ya han pasado 32 años sin que se encuentre a los culpables verdaderos, algunos de ellos ya ni están vivos, como es el caso del ex ministro de Interior y congresista por el APRA, Máximo Agustín Mantilla Campos, mencionado por el periodista Ricardo Uceda en su libro “Muerte en el Pentagonito” y en su capítulo: “El Clan del Besito”. Cuanta sangre derramada, cuanta historia oculta, cuantos hijos sin ver justicia y un Bicentenario sin justicia y reconciliación. Este 28 de agosto se conmemora los 18 años desde que la Comisión de la Verdad entrego el informe final y hasta la fecha sigue habiendo heridas que no cierran porque la historia no ha sido contada con la verdad y los culpables siguen viviendo sin que nada hubiera pasado…

 

Un "poster" para Consuelo:

Escribe Carlos Castillo Ríos

Reeditado por Marco EspinozaS.



Frente al dolor que nos causa su muerte resulta prematuro apreciar la trascendencia de su ejemplo y la magnitud de esa profunda lección que fue su vida. El 13 de febrero la mataron, a mansalva, para hacerla inmortal: no lo olvide, compañero. No pudieron soportar sus asesinos que fuera, al mismo tiempo, maestra y luchadora social en Comas, en las minas Canaria, y en todos los puestos de peligro donde se organizaba un grupo presto a combatir por un mundo mejor para los pobres. Estaba en todas partes como ahora está en el recuerdo de las Filomenas, las Manuelas, las Calandrias y todas las personas conscientes del magisterio, los campamentos mineros, los Pueblos Jóvenes y los que comienzan a morir justamente para dar la vida al cambio social, sinónimo de justicia.


Allá los dirigentes que continúan soñando con su banda presidencial o su curul de diputado o senador ahora que han matado a Consuelo García Santa Cruz, maestra del Perú, con apenas 33 años de edad. Allá ellos. Quienes tuvimos la suerte y el legítimo orgullo de conocerla y admirarla, creemos que más que cualquier contienda electoral vale escribir muchas veces su nombre cuando nos quedamos en la intimidad o transmitirlo, con toda la emoción que se merece, cuando estamos cerca a los niños y los jóvenes que empiezan a perder la fe en el país y en sus instituciones.

Es fácil predecir que la Historia del Perú, aquella cuyo contenido se diseña en el Ministerio de Educación, no la mencionará en ninguna de sus páginas. Mejor así. Ella, después de todo, no merece ser confundida con Miquita de Villegas, amante de un Virrey, o con tanto político ladrón y sinvergüenza cuya biografía se debe estudiar en los centros educativos.

Quienes nos dedicamos a la enseñanza necesitamos, sin embargo, con urgencia impostergable, un ´poster´ grande de Consuelo de Comas, porque no hay escuela, colegio ni universidad donde no sobre una pared dónde colocar el rostro sereno, sonriente y bello de esta nueva heroína civil de la lucha en defensa de los Derechos Humanos. Y ahí situar el homenaje junto a los poemas que le estarán haciendo, en este instante, Alejandro Romualdo y Pablo Guevara, y las canciones que, con toda seguridad, le dedicará el pueblo. Y colocar también ese ´poster´ en la casa, en nuestro rincón de trabajo, al lado de los libros de José Carlos, para que nos dé aliento -y consuelo- en los instantes en que más nos duela el Perú.

No obstante, no hay temor alguno a olvidarla: es que necesitaremos ver su rostro sereno, tranquilo y bello, no sólo para seguir creyendo en este país nuestro de cada día donde se combate la arbitrariedad, el abuso y la ignominia con el sacrificio de los auténticos luchadores que surgen del pueblo;: sino también como ayuda visual para el momento en que se hable a los alumnos (cuando no escuche el Supervisor) y se les cuente sobre la vida, el compromiso social y la ternura de este nuevo símbolo de la mujer peruana.

Mineros ni maestros ni gente que todavía cree en el futuro la olvidaremos jamás. Y porque su muerte la sentimos muy adentro, nadie la debe llorar sino seguir su ejemplo. Esa será, al mismo tiempo, la mejor sanción para los responsables de su cobarde inmolación. (Castillo, 1989, p. 18).

Referencias

Castillo Ríos, C. (24 de febrero de 1989). Un “poster” para Consuelo. La República, p. 18.

[Fotografía de La República]. (Lima. 1989). Archivo fotográfico de la Revista La Chispa, extraído de la Hemeroteca de la Biblioteca Nacional del Perú, Lima, Perú.