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domingo, 15 de agosto de 2021

LA PRIMERA INFANCIA, UN ARTÍCULO DEL AMAUTA CASTILLO RÍOS C.

 


Hoy Hay tantos niños abandonados en las calles como personas de la tercera edad deambulando y pidiendo un pan para comer, hace 40 años a mediados de noviembre aparecería el Diario La República y con ello también aparecerían los artículos del maestro Carlos Castillo Ríos, “La República de los niños” fue una sección en la cual Castillo dedicaría netamente a los problemas de la niñez, y es que para el autor de la obra literaria “Los niños del Perú” tendría una importancia primordial en el desarrollo de nuestra sociedad, sin embargo, desde hace más de 60 años que los derechos del niño vienen siendo pisoteados, de nada ha servido que nuestro país ratificara y se uniera a la Declaración de los derechos del niño (26 de enero de 1990), de nada ha servido las leyes y códigos que amparan a la niñez cuando siguen muriendo miles de niños en los primeros días de su nacimiento, ya sea por el frio, por hambre, por vacunas, por medicinas, por falta de hospitales y sobre todo por la indiferencia de nuestras autoridades.


En más de una ocasión y en diferentes artículos, el maestro y abogado Carlos Castillo Ríos, nos diría tajantemente que nuestra niñez es la base para el desarrollo social, económico y político de nuestra sociedad, mientras nuestros niños sigan pasando hambre, frio, indiferencia, seguiremos teniendo los peores resultados en educación primaria, secundaria y superior, dice también Castillo que si estos niños crecen desnutridos y sin afecto, no podrán desarrollarse en el campo laboral ni académico, he ahí nuestros resultados que hoy tenemos. Oportunidades iguales para todos y no como los años que hemos vivido, niños que trabajan en las calles para ayudar a sus padres u otros explotados por unos padres o familiares que abusan por el solo hecho de ganar dinero, es la hora de unirnos y velar porque estos niños tengan una verdadera alimentación, amor y sobre todo se respeten sus derechos…

 

La primera infancia

Escribe Carlos Castillo Ríos

Reeditado por Marco EspinozaS.

¿Qué lugar ocupan las cunas maternales, los nidos y las mal llamadas guarderías en los planes de desarrollo social del país? Me temo que ninguno. Los políticos y planificadores se toman demasiado en serio como para ocuparse de los niños. Suelen decir ellos que como no son sentimentales, consagran su atención, a dedicación exclusiva, sólo a la balanza de pagos, la deuda externa, el certex o los aranceles que son considerados asuntos de hombres. Los niños pertenecen, no sé por qué, al dominio femenino, como los asuntos de cocina y de costura. En una población machista los niños son personas de segunda clase o, en el mejor de los casos, proyectos de hombre, realidad futura y no presente.


Hasta que cumplan 6 años el Estado se preocupa poco de la gente menuda. Por eso los servicios para niños de 0 a 5 años no reciben la atención que se concede a la educación primaria y las cunas, nidos y guarderías resultan algo así como exótica especialidad destinada sólo a las mujeres de vocación religiosa. Como si los niños fuesen, por su ternura, algo así como un pasaporte al cielo.

Sin embargo, qué lejos están tales argumentos de la realidad. La primera infancia es la más importante en la vida del ser humano. En los primeros años de vida se define su futuro, se estructura gran parte de la inteligencia y la personalidad que tendrá más tarde el niño. Del alimento, el cariño y los estímulos (motrices, psicológicos, afectivos y culturales) que reciba de 0 a 5 años dependerá, de manera irreversible, su futura realidad. Pero es el caso del alimento, ternura y estímulos no pueden ser proporcionados por la mayoría de padres de familia de un país con graves problemas estructurales. Por eso necesitan cunas, nidos y guarderías. Para complementar lo que quita a las masas, la pobreza. Para asegurar la igualdad de oportunidades. Para que la democracia sea, en verdad, algo más que una palabra.

No hay que olvidar que la mitad de las personas que mueren en el país son menores de 5 años. Y mueren de frío, por falta de vacunas o por deshidratación fácilmente evitable. Tampoco hay que olvidar que los niños que sobreviven deficitariamente jamás serán personas normales si viven los primeros años de vida con escaso e inadecuado alimento, sin palabras de estímulo, sin expresiones de afecto. Y esa es, fatalmente, la realidad de muchos millones de peruanos.

Por eso las cunas, nidos y mal llamadas guarderías ocupan el primer lugar en las necesidades urgentes del país. De otra manera los niños del Perú crecerán bloqueando, de manera irreversible, sus potencialidades. Las escuelas se abrirán para ellos solamente para poner en evidencia su fracaso y agravar su frustración. Todo lo que quiere decir que el desarrollo social de un país con deficiencias estructurales pasa, necesariamente, por la apertura masiva y urgente de millares de cunas maternales, nidos y guarderías. Es la única forma de garantizar futuras generaciones normales y aptas para introducirse sin tropiezos, al mundo laboral. (Castillo, 1982, p. 9)

Referencias

Castillo Ríos, C. (4 de enero de 1982). La primera infancia. La República, p. 9.

[Fotografía del Diario La República]. (Lima. 1982). Archivo fotográfico de la “Revista La Chispa”. Imágenes extraídas de la Hemeroteca de la Biblioteca Nacional del Perú: Lima, Perú.

 

 

 

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